El Señor de los Milagros en África

Hoy, 28 de octubre, mientras disertaba aquí, en Dakar, capital de Senegal, a 7,199 km, en la “II Conferencia Internacional del Movimiento Saharaui por el Diálogo y la Paz” (MSP), relativa al Sahara Occidental, y recordaba en mis primeras palabras que fue precisamente en la isla de Gorea, ubicada a tan solo 3 km de la costa senegalesa, de donde partieron durante los siglos XVI al XVIII en naves europeas, la mayor cantidad de africanos en la condición de esclavos para América, también lo hice para destacar que precisamente fue un mulato de Angola, quien pintó la imagen del Cristo de Pachacamilla, en el muro que se ha conservado intacto -a pesar de los terremotos-, en la Iglesia de las Nazarenas, en el centro de Lima, y que dio origen al más grande culto religioso peruano de todos los tiempos: la procesión del Señor de los Milagros.

Mi emoción de creyente y devoto del Cristo Moreno fue acrecentada cuando se acercó una dama senegalesa para decirme que conocía muy bien de la historia del mulato que pintara la imagen milagrosa en 1655, y que ha soportado innumerables sismos a lo largo de nuestra historia. Sin duda, se trata de la procesión más globalizada de las manifestaciones colectivas de fe en el mundo –cuenta con más de 260 hermandades en varios continentes: Japón, Alemania, Australia, Chile, México, Argentina y Estados Unidos- que son los países que concentran la mayor cantidad de fieles devotos peruanos y con ellos, los nacionales de esos países; sin embargo, ahora la devoción no solo no tiene fronteras sino que con los años ha rebasado al propio mes de octubre pues recordemos que el 28 de octubre de 1746, cuando Lima fue estremecida por el más violento terremoto que recuerda su historia –en el Callao hubo un feroz maremoto en esa ocasión- se inició la devoción morena que hoy vivimos con gran devoción conforme la narración que hiciera líneas arriba. La sagrada imagen pintada por un esclavo mulato angoleño en un muro de adobe en 1655 que no había caído con el fuerte sismo de este año, una vez más se mantuvo en pie y esta sorprendente circunstancia llevó a que todos los 28 del mes octubre, también quedara perennizado para llevar en hombros por las calles de la Ciudad de los Reyes al Cristo Moreno. La procesión del Señor de los Milagros es un patrimonio de todos los peruanos y se preserva como una de las más grandes tradiciones religiosas del Perú a través de su vida republicana. Recordarla en África por estos días ha sido una circunstancia extraordinaria.

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