El reto de la Federación Interamericana de Abogados en el caso Ecuador
La histórica y prestigiosa Federación Interamericana de Abogados (FIA), que anuncia con bombos y platillos la celebración de su Sexagésima Conferencia Anual en la ciudad de Miami, Estados Unidos de América, del 17 al 20 de junio, próximos, y cuyo marco será sus poderosos 84 años de existencia como uno de los gremios más trascendentales dedicado a la reflexión jurídico-política en el continente, emitiendo resoluciones sobre la situación en diversas países de la región y en diferentes momentos de su larga y fructífera existencia panamericana, tiene ahora un nuevo reto ante lo recientemente sucedido en la Embajada de los Estados Unidos Mexicanos en Ecuador, que fuera objeto de una condenable intrusión –como acertadamente ha calificado la Organización de Estados Americanos (OEA)– por parte del Estado ecuatoriano, constituyendo una inexcusable violación del principio jurídico de inviolabilidad de la misión diplomática, consagrado en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961, instrumento jurídico del que son Estados Parte Ecuador, México y todos demás países del globo. La FIA ha contado con presidentes peruanos como el eminente Hernando de Lavalle que la presidió a mediados del siglo XX o en las últimas décadas los juristas Ulises Montoya Alberti y Raúl Lozano Merino; sin embargo, marcaron época en la Federación eminencias del derecho peruano de la talla de Alberto Ulloa Sotomayor, nuestro más grande internacionalista, que presidió la delegación peruana a las asambleas interamericanas de abogados en La Habana (1941), Río de Janeiro (1943) y Santiago de Chile (1945), en que relievó el panamericanismo y el derecho continental y Andrés Aramburú Menchaca, que fuera presidente de la Academia Interamericana de Derecho Internacional y Comparado (1963), nacida del seno de la FIA en La Habana, en 1941, y decano del CAL dos veces (1968 y 1992). De nuestra vitrina viviente, también han connotado en los cónclaves de la FIA, Fernando Vidal Ramírez, uno de los mayores exponentes del acto jurídico en el Perú y el erudito José Antonio Ñique de la Puente, ex decanos del CAL y con ellos, el Doctor Mario Amoretti Pachas que ostentó una curul en la FIA en su condición de Decano del Ilustre Colegio de Abogados de Lima, entre otros. Estamos persuadidos que la FIA con enorme tradición académica en el derecho internacional siga el derrotero como valla alta que acaba de dejar la OEA.
Por Miguel Ángel Rodríguez Mackay
Excanciller del Perú e Internacionalista
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