“El que no es conmigo, contra mí es”
El título de esta columna corresponde a Mateo 12:30 N.T., que describe prácticamente el ambiente político del país en el preludio de las Elecciones Generales 2021, y es que ¡Es así!, estamos envueltos en un torbellino tóxico donde campea el “pensamiento polarizado”, que “consiste en valorar los acontecimientos en forma extrema sin tener en cuenta los aspectos intermedios. Las cosas se valoran como buenas o malas, blancas o negras” (tomado de la web trastornolimite.com). Usted lector(a) lo habrá vivido al opinar de política, imposible hallar matices, todo es llevado a los límites, a los bordes, por ejemplo, de un lado tenemos a los que estigmatizan de “progre”, “caviar” (ser de izquierda aburguesada, de salón), “comunista” y hasta “terruco”, si osas comentar algún planteamiento positivo de un candidato de izquierda o socialista; y del otro, ser un “facho” (peyorativo de fascista), de “derecha bruta y achorada”, etc., si resaltas a alguien de una organización de derecha. Ah, también están los que han politizado las creencias religiosas, elevándola al estatus de “culto”, por lo cual, quien al hablar o juzgar estas posturas, si lo hace de forma halagüeña será saludado y resaltado, pero si por lo contrario es “crítico” o “mordaz”, será lapidado por lo pronto, en las redes sociales por simpatizantes y seguidores, de donde “maldito caviar” resulta ser un elogio, una lisonja, para la andanada de insultos que se recibe.
Lo más preocupante a todo esto, es que lo virulento de la campaña política parece haber penetrado en cuasi todos los sectores sociales del país, incluyendo los mismos medios de comunicación que, queriéndolo o no, coadyuvan a esta “polarización”, dándole mayor cobertura a las pullas o dardos que se mandan entre sí los candidatos o sus adherentes y una nimia atención a los planteamientos o promesas electorales, salvo excepciones. Pareciera que los medios han sucumbido al estilo del extinto comentarista deportivo Alfonso “Pocho” Rospigliosi, en aquello de “Esto es lo que le gusta a la gente”, al menos en sus espacios noticiosos, al igual que algunos Community Manager que manejan las cuentas de los partidos y candidatos que compiten.
Es paradójico llegar al Bicentenario de nuestra Independencia Nacional reclamando igualdad, respeto, tolerancia, diversidad, pero no nos damos cuenta o no queremos darnos cuenta, y aquí también “barbas en remojo” en determinados candidatos, que estos derechos operan, surten efecto, sólo si son a favor de quien piensa u opina como uno y, en esa lógica, no aplican a quien “disienta”, algo así como “El que no es conmigo, contra mí es”. Cuidado con esta conducta “autodestructiva”, porque a nada bueno nos va a conducir, ya de por sí nuestra democracia es endeble y la salud pública está en cuidados intensivos, muy posiblemente nos va la vida en estas elecciones. Extremos, ¡NO!