El pronunciamiento sobre Venezuela en el marco de la ONU
Sin medias tintas ha sido el reciente pronunciamiento de más de 40 países de la Organización de las Naciones Unidas –entre ellos el Perú– exigiendo al Consejo Nacional Electoral de Venezuela (CNE), la publicación de los resultados de las elecciones del pasado 28 de julio.
Está claro que el CNE está en aprietos porque no podrá emitir los resultados verdaderos que la comunidad internacional está esperando conforme a las actas del escrutinio pues la única realidad es que confirmarán el triunfo del embajador Edmundo González Urrutia como virtual presidente de Venezuela.
El CNE, a estas alturas del partido, ya debe haberlas destruido porque son las únicas y verdaderas pruebas para demostrar quién ganó realmente, o sea, González.
Como la hipótesis anterior no sucederá, seamos claros, entonces, surge la segunda, y en el escenario que el CNE, lacayo de la dictadura venezolana, vuelva a cometer la torpeza de señalar la “victoria electoral” del sátrapa Nicolás Maduro, cobrará más exigencia que nunca la publicación de las referidas actas.
Como eso no va a pasar pues en este caso concreto “papelito manda”, lo que jamás podrá materializar el régimen dictatorial, el CNE está entrenado para mofarse ante todos los venezolanos y ante la comunidad internacional, y seguramente, suelto de huesos, volverá a decir que Maduro fue quien ganó las elecciones, tal como hizo descaradamente a las poquísimas horas de concluido el escrutinio, el mismo domingo 28 de julio.
La pertinencia del referido pronunciamiento, formulado, además, en base al informe del panel de expertos de la ONU, que en su momento fue muy claro en señalar “la ausencia de medidas básicas de transparencia e integridad” en el proceso de elecciones, debe ser ampliamente valorada dado que ha sido emitido a pocos días de desarrollarse la Semana de Alto Nivel del septuagésimo noveno período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, prevista para la tercera semana de setiembre.
En otras palabras, el comunicado de 40 países del globo, circunscribe y traza el gravísimo asunto de Venezuela, como uno de los temas fundamentales para ser soltados en la mesa ecuménica del mayor foro político de la sociedad internacional, fundado al final de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
Para nuestro país, uno de los 51 Estados firmantes de la Carta de San Francisco, el tratado constitutivo de las Naciones Unidas, y desde luego para el gobierno del Perú, será una inmejorable ocasión para reiterar ante la comunidad mundial, la firme posición de la política exterior peruana sobre la situación en Venezuela –somos el segundo país en la región receptor de la migración llanera (más de un millón y medio)–, tal como lo ha explicado el canciller Elmer Schialer, recientemente ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Honorable Congreso de la República, afirmando que “jamás estaremos de lado de dictadores o de gobiernos dictatoriales”.
(*) Excanciller del Perú e Internacionalista
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