El Perú y sus 10 plagas
El Perú viene siendo golpeado en los últimos años por una serie de eventos, ya sean políticos o naturales, cuyos efectos nefastos han traído inestabilidad, pobreza, mortandad y recesión económica, entre otros. Es como si una maldición hubiese caído sobre el país, mismo Egipto en el relato bíblico de las 10 plagas que enviara DIOS como castigo por no conceder la libertad al pueblo judío y cuyo relato es usado popularmente para describir las desgracias continuas que le sobrevienen a las personas o países. No obstante en el caso peruano, las calamidades, infortunios y daños que venimos atravesando son en muchos casos consecuencias de malas decisiones y falta de previsión y también de una dosis de mala suerte. Desde el hecho de no haber sabido elegir bien a nuestras autoridades, votar por “el menos malo”, o por “el nuevo por conocer”, al contrario del refrán. Pelea de egos desde las altas esferas del poder político que nos trajo seis Presidentes de la República en los últimos 5 años, incluida Dina Boluarte.
La pandemia de COVID-19 que se ha cobrado la vida de 221,674 personas y que si bien no se esperaba una enfermedad tan agresiva y mortal a nivel mundial, si era lógico pensar de que tarde o temprano vendrían epidemias y pandemias y que era importante invertir en mejorar el Sistema de Salud para afrontar y menguar una eventual crisis sanitaria, lo que no se hizo. Y así por el estilo, en gestión de prevención en desastres naturales, siendo que fenómenos climatológicos se presentan con frecuencia trayendo consigo perdidas humanas y materiales, atraso y pobreza. Ausencia de acciones ejecutivas para amortiguar los efectos de una crisis alimentaria, la pérdida de campañas agrícolas, con el resultado del encarecimiento de alimentos y la insolvencia de parte del campesinado.
También está el mal manejo de las protestas sociales con alto costo social, exacerbada en muchos casos por personajes que querían llevar al Perú a la anarquía, pero el Estado debió responder sin excesos en su tarea de reponer el orden interno. Y qué diremos de los mega casos de corrupción, en fin la lista de plagas es mayor a 10. Y en medio de este escenario, en las actuales circunstancias el gas de Camisea nos viene salvando de que las hidroeléctricas no están dando su potencia normal, que al no contar con agua prácticamente operan al 40%. Si no fuera por las centrales de gas estuviéramos en mayores aprietos. Subiría sensiblemente la electricidad como sucede en otros países. Hay una crisis actualmente en el sector eléctrico, los clientes regulados como los hogares y comercios no lo sentimos porque Osinergmin regula la tarifa y la mantiene estable por lo menos un año. Pero las industrias que están en el mercado libre, si que la están pasando mal, se les ha subido fuerte las tarifas e incluso se estaría resolviendo contratos.
Esto que está pasando con las hidroeléctricas como se sabe, es por fenómeno El Niño, debido a que en la sierra donde están las hidroeléctricas hay sequía y eso viene pasando desde noviembre de 2022 y se ha acentuado fuertemente en los últimos meses. Un Ingeniero Mecánico Eléctrico me decía que gracias a que tenemos centrales que usan el gas de Camisea se puede cubrir 50 de los 60 que están dejando de aportar las hidroeléctricas, el 10 que falta lo cubren las centrales que funcionan con diésel, y solo en las horas punta de 6 a 11 de la noche, porque ya no alcanza cubrir la demanda con hidroeléctricas y gas natural y usan el diésel, pero este combustible lo importamos, en esas horas sube la tarifa y fuerte, casi 10 veces mas que con gas. Quizás por eso algunos no vieran con buenos ojos que se exportase el gas, en previsión que nos pudiera faltar en el futuro y al parecer tendremos que comprarlo afuera al precio que esté en ese momento.
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