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El Perú y la pota, sus mares

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Fecha Publicación: 30/09/2024 - 21:30
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Cuando la Marina de Guerra del Perú dice que no hay pesca ilegal dentro de las 200 millas del Mar de Grau –de la pota o calamar gigante, por ejemplo–, no miente; pero eso no significa realmente que las embarcaciones de Estados distantes no lo hagan. Una realidad incontrastable en el Perú es que nuestra Marina, que es muy profesional y comprometida, no cuenta con la capacidad tecnológica de punta que merece, como para identificar y neutralizar a las embarcaciones foráneas, principalmente chinas, que extraen sin autorización nuestra riqueza ictiológica. Por eso, cuando los pescadores salen a faenar muy temprano en el día y dicen que avistan a las embarcaciones chinas depredando dentro de las 200 millas, tampoco mienten. La verdad es que somos uno de los países más desidiosos del planeta. No tenemos política marítima ni pesquera de vanguardia desde hace muchos años. Contemos los 42 que llevamos sin ser Estado Parte de la Convención del Mar, mientras 168 países de los 193 que conforman las Naciones Unidas sí lo son. Ahora que se ha visibilizado el problema de la escasez de la pota, es el momento en que aflora la enorme vulnerabilidad peruana por no haber adherido a la Convemar. ¿Por qué? Si fuéramos parte del mayor tratado de los mares del planeta, al que llamó el excanciller Javier Pérez de Cuéllar la “Constitución de los Océanos”, hace rato hubiéramos cuadrado a las flotas chinas y, sin mucha alharaca, imponerles no solamente las reglas nacionales previstas en la Constitución de 1993, sino además llevarlas de las orejas ante el Tribunal Internacional del Mar con sede en Hamburgo, que es el órgano judicial de la Convemar. Como hasta ahora seguimos fuera de la Convención del Mar, cualquier controversia jurídica que pudiera surgir respecto de las embarcaciones extranjeras (chinas) siempre colocará en una posición ventajosa a las flotas pesqueras distantes. ¿Por qué cree usted, amigo lector, que China decidió adherir a la Convención del Mar? ¿Qué dirán los demagogos, verdaderos traidores a la patria, que siguen confundiendo a los peruanos, y de estos a los pescadores, especialmente, que actúan de muy buena fe cuando exclaman a las embarcaciones chinas para que se vayan de las aguas del Mar de Grau, al buscar manipularlos mintiéndoles que el Mar de Grau se reduce de 200 millas a 12 millas, cuando la única verdad es que las 200 millas de soberanía y jurisdicción sobre los recursos vivos y no vivos se conservan intactas? Junto a nuestra tragedia por no ser parte de la Convemar está la Convención para la Conservación y Ordenación de los Recursos Pesqueros de la Alta Mar del Océano Pacífico Sur, más conocida como OROP, en la que sí avanzamos, pero sin la Convemar todo se ve incompleto. Nos quejamos de las muchísimas naves extranjeras que se encuentran en la milla 201, o sea fuera del Dominio Marítimo peruano, y no hemos ido con todo respecto de la OROP, más allá del buen trabajo diplomático en ese marco. O creemos que las embarcaciones chinas se encuentran inmovilizadas al otro lado del límite exterior del Mar de Grau, olvidándonos que hay especies transzonales (entran y salen de las 200 millas), listas para ser capturadas sin más esfuerzo que soltando las redes también dentro y fuera de la milla 200. Necesitamos radares y otros instrumentos para cuidar nuestra riqueza marina. Es la realidad del Perú y la pota, sus mares.

(*) Excanciller del Perú e Internacionalista

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