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El Perú popular y su agenda social abandonada

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Fecha Publicación: 26/06/2022 - 22:49
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El panorama político social imperante en el Perú se revela bastante desmejorado y en el umbral de severas crisis y posibles estallidos focalizados, que podrían escalar hasta una protesta general que escape de control alguno. La generación de empleo no se ha dinamizado, los bonos no solucionan el problema y el costo de vida sigue disparándose por diversos factores externos cómo la guerra en el extremo de Europa con Rusia, de tal forma que tenemos cómo el combustible se encuentra en su récord histórico, en el caso de la producción agrícola los fertilizantes aparecen a precios de delirio; ambos factores colaborando al hecho de que todo aumente en la dimensión de los alimentos. La inseguridad ciudadana es el signo de los tiempos y no se construyen ni hospitales ni se lleva agua potable a los pueblos ni hay forma de frenar los abusos del costo del crédito financiero, de los medicamentos, ni del tema eléctrico. Este panorama configura una bomba de tiempo.

Es más o menos predecible una mucho menor producción de alimentos en territorio nacional, lo que a la vez generará carestía y precios altos, que sufrirían sobre todo los sectores populares de las ciudades, ya que en el campo pueden apelar a la actividad de subsistencia. Recordemos que la protesta por el costo de vida de fines de marzo dejó 8 muertos, un estallido general por las consecuencias de la nula reacción del Estado sobre el agro y el combustible podría llevarse por delante al Gobierno de Castillo sin ningún problema en algunos meses.

Obviamente esto también doblegaría al Congreso y lo obligaría a renunciar, casi sin ninguna duda. El grito “que se vayan todos” viene tomando una inusitada fuerza en el sentido común popular. En el Ejecutivo sospecho que piensan que pueden redirigir el descontento hacia su reiterativa proclama de una nueva Constitución. Se equivocan, el momento Constituyente vendrá después.

Tenemos un presidente que, además de no tomar ninguna decisión, está bajo la lupa de una investigación de la que todo indica que no se librará, en la cual quizás varios colaboradores eficaces lo señalen. Ha perdido toda autoridad política y liderazgo sistemáticamente. Si se sostiene es únicamente por la falta de proyecto alternativo popular y por acuerdos clandestinos con gente de pocos escrúpulos en el Legislativo.

Por otro lado el Parlamento ha sido incapaz de dar una ley de fondo de orden social. Han legislado en su conjunto de espaldas a las prioridades del Perú popular. Su único gran mérito es haber elegido los miembros del Tribunal Constitucional. Tiene en sus filas a los “niños” de Acción Popular y al grupo de Acuña que han actuado como cómplices desvergonzados de Castillo. El doble juego de Somos Perú y de Podemos termina de presentar un escenario en el cual los 87 votos para una vacancia son más un buen deseo que algo cercano. Con este nivel de mercaderes en una parte de la oposición parlamentaria esperemos que no pierdan el control de la Mesa Directiva del Congreso ahora en julio. Pienso que en ese escenario una figura importante sería Gladys Echaíz, jurista destacada y exfiscal de la Nación; podría dirigir un recambio generando confianza. Pero dudo mucho que César Acuña apueste por alguien decente.