El Perú no merece luchas por un interés particular
Nuestro Mariscal Andrés Avelino Cáceres dijo: “Nadie tiene razón contra el Perú”. Agregando a esta frase, se puede decir también: quien no defiende a su patria, no merece ser parte de ella; frase de fuerte contenido patriótico y sentimiento de muchos peruanos como los de antes, que morían por un objetivo común como es la patria.
Hoy, los peruanos de a pie estamos inmersos en una situación vergonzosa, en la cual podemos apreciar que la lucha por el poder es la prioridad de algunos que se aferran con uñas y dientes, sin respetar la Constitución ni ley que valga; solo prima su propio interés personal o de grupo, evidenciando una vez más que el poder fáctico que gobernaba nuestro país por más de veinte años se les está escapando de las manos.
Ahora sí pregonan “Golpe de Estado democrático”, cuando en estos últimos años hemos vivido y soportado el abuso indiscriminado y perverso, aunado a la persecución malsana de quienes no estaban de su lado y que el negocio con los derechos humanos fue una costumbre hecha ley para algunos mal peruanos que se enriquecieron con el dolor ajeno, además de utilizar a las instituciones para sus propios fines e intereses.
Un país con Estado de derecho se caracteriza por tener un sistema jurídico y político que garantiza la protección de los derechos y libertades fundamentales de los ciudadanos, así como la rendición de cuentas y la transparencia en el ejercicio del poder. Sin embargo, lo que estamos viviendo en nuestro país es todo lo contrario: ya no se sabe quién ordena a quién, qué obedecer y qué no. Se conocía que la Junta Nacional de Justicia era la instancia máxima para nombrar jueces y fiscales sin apelación de nadie, siendo así el actuar de la anterior gestión de la JNJ, y todos la aceptaban por la razón o la sinrazón. Sin embargo, ahora, con una nueva gestión y decisiones que no les gustan a esos grupos de poder y de presión, simplemente no las quieren cumplir ni aceptar, asociado a toda una maquinaria de medios de comunicación afines; se atrincheran en sus puestos obligando a otros también a que incumplan mandatos constitucionalmente legítimos.
Todos estos hechos de carácter político que vivimos, como consecuencia de la lucha por el poder, producen frustración y descontento en los peruanos, ya que se pone de manifiesto una vez más que, para algunos, el Perú es su botín, y poco o nada les interesa el desarrollo y bienestar de los peruanos en general. Sin tener en cuenta que las consecuencias de estos abominables hechos se dan también en diferentes ámbitos, incrementando la inestabilidad política, mayor polarización entre peruanos, mayor desconfianza en las instituciones, más violencia e incertidumbre en la parte económica.
¡Seamos más responsables con nuestra patria!
Por Gral. Div. EP Ronald Hurtado Jiménez
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