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El padre de la criatura

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Fecha Publicación: 19/04/2019 - 21:20
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El éxito agroexportador es reconocido por todos; sin embargo, al momento de otorgar los reconocimientos, muchos son los padres de la criatura.

Sin duda, las bondades de las tierras agrícolas peruanas son las que nos otorgan las ventajas comparativas que dicen los economistas, pero solo el 10% de las tierras se utilizan para la exportación y, en el agro en general, predomina la pobreza.

Esta realidad nos lleva a pensar que la diferencia puede estar en el modelo de negocio que se utiliza en uno y otro sector.

El tamaño promedio de las propiedades agrícolas es también un factor decisivo, ya que la eficiencia en la competitividad de un producto tiene mucho que ver con el tamaño de la extensión agrícola y la posibilidad de implementar soluciones técnicas para mejorar la productividad y calidad de los productos.

Es la ley de promoción de la inversión en el agro, dicen otros. Tampoco hay duda de que este instrumento ha sido fundamental. Pero no todos piensan así, porque lo quieren modificar. Al parecer, fue bueno en el pasado y dejará de serlo en el futuro. Fue bueno para unos cuantos que ya crecieron, pero ya no lo es para la gran mayoría de productores agrarios que no aprovecharon su oportunidad. Sin duda, esta línea de razonamiento no es coherente.

Lo correcto es que el régimen tributario y el laboral que contiene la norma tienen un diseño apropiado para la actividad agrícola.

El régimen tributario acompaña la necesidad de reinversión continua, que se requiere en un mercado tan competitivo e innovador con el de alimentos. El régimen laboral ayuda a generar empleo en un sector en el que prima la informalidad y las tradiciones.

Otros apelan a la teoría de lobby; es decir, creen que el éxito de los agroexportadores se debe a que el gran capital tiene acceso a las autoridades públicas para obtener beneficios particulares. Lamentablemente, todavía hay gente que piensa que el éxito de unos se debe a la pobreza de los otros. Lo cierto es que el alcance de la ley de promoción de las inversiones del agro es para todo el agro.

Desde la perspectiva de la relación público-privada, quizá deberíamos ver la importancia que tiene la organización de los productores y el desarrollo de capacidades especializadas para comprender sus problemas, proponer soluciones y gestionar las políticas públicas necesarias.

No podemos dejar de lado la importancia del mercado. Ya se ha dicho en otras oportunidades que, si los dos millones de unidades agrícolas atienden a 32 millones de peruanos, el mercado para cada unidad agrícola son 16 peruanos.

Lo importante en esta reflexión es que debemos analizar los factores de éxito de un sector para diseñar programas de desarrollo para el resto de sectores. En esto deberíamos aportar todos.