El orden público está por encima de la Constitución y las leyes
Existe un dicho que los mercantilistas de izquierda (socialistas) suelen tener muy presente: “El orden público está por encima de la Constitución y las leyes, porque sin él no se pueden aplicar ni la una ni las otras.” Por eso, los socialistas atentan contra el orden público con el objetivo de impedir que se gobierne en democracia y así evitar la implementación de una economía de mercado. Esta última es el sistema socioeconómico que permite que los precios se regulen mediante la oferta y la demanda, en lugar de por controles estatales; donde se respeta el derecho de propiedad, y se garantiza el acceso a los derechos humanos, políticos y civiles.
Los socialistas, utilizando el poder que les otorga el control del Estado, distorsionan el mercado a su favor. Desde el punto de vista técnico, eso los convierte en mercantilistas que fomentan el desorden público con el fin de justificar el irrespeto por la Constitución, las leyes y las normas que rigen una economía libre. Este fomento del desorden es su principal estrategia para apoderarse tanto de la economía pública como de la no pública. En resumen, buscan controlar todas las esferas económicas para asegurarse el poder necesario para establecer dictaduras que manipulen el mercado en beneficio propio.
Lo más contradictorio es que los socialistas tienen el desparpajo de no considerar dictaduras a los gobiernos que, siendo socialistas, se perpetúan en el poder por muchos más años que otras dictaduras no socialistas. En América Latina hay ejemplos notables de esta hipocresía.
Dictaduras socialistas no reconocidas como tales por la izquierda:
Cuba: La dictadura socialista instaurada por los Castro lleva más de 50 años en el poder.
Venezuela: La dictadura de Chávez y Maduro ha superado los 25 años.
Nicaragua: Daniel Ortega ha mantenido una dictadura por más de 19 años.
Dictaduras latinoamericanas reconocidas como tales por todos:
Cuba: La dictadura de Batista duró 19 años.
Nicaragua: La de Somoza duró 38 años.
Venezuela: La de Pérez Jiménez duró 6 años.
Perú:
La de Augusto B. Leguía, 11 años.
La de Manuel A. Odría, 8 años.
Las de Velasco Alvarado y Morales Bermúdez, 12 años (no fueron socialistas, pero atentaron contra el derecho de propiedad de algunos peruanos).
La de Alberto Fujimori, 10 años.
Chile: La dictadura anticomunista de Pinochet duró 17 años.
Parafraseando a Madame Roland:
¡Oh, socialismo, cuántos crímenes se cometen en tu nombre!
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