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El ocaso de Petroperú

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Fecha Publicación: 30/10/2022 - 22:50
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Nuevamente esta semana Petroperú (PP) hizo noticia: primero por la escasez de combustibles debido a la iliquidez de la empresa; luego por la noticia de que el Gobierno capitalizaría el equivalente en soles de US$ 1,000 millones; luego porque aprobó créditos de corto plazo a dicha empresa por $ 500 millones, o porque una consultora internacional de prestigio efectuaría la enésima reestructuración de la petrolera estatal. Y si a lo anterior le sumáramos el préstamo de US$ 750 millones otorgado hace unos meses por el MEF, el apoyo financiero en el último año ascendería a US$ 2,250 millones. Y lo más triste es que dicha cifra no sería suficiente para “normalizar” la situación de la empresa. Es que, como ya sabemos, la transparencia definitivamente es casi inexistente en dicha compañía; ¿alguien puede garantizar cuánto dinero se necesita para que la Nueva Refinería de Talara (NRT) opere normalmente?; ¿alguien puede garantizar a cuánto asciende el ”hueco financiero” de la empresa? Y para cerrar la semana se conoció la renuncia del presidente de la empresa.
Si retrocediéramos unos meses nos encontraríamos con las dos rebajas en la calificación crediticia y la pérdida del Grado de Inversión. Para no cansarlos con los numerosos problemas de la compañía a través de su vida institucional, simplemente retrocedamos a su etapa inicial, durante el gobierno militar que le extendió la partida de nacimiento. En dicha etapa encontraríamos que el déficit de PP era tan grande que su déficit superaba al de todo el resto del Estado. Es por ello que en esa época se tenían dos déficits, el del gobierno central y de la petrolera estatal, debido principalmente a los precios controlados de los combustibles. A esa época también pertenece la decisión de llevar adelante el Oleoducto Nor Peruano (ONP), el que nunca llegó, ni siquiera cerca, de la capacidad total de transporte del ducto y el muy oneroso financiamiento del ONP con yenes japoneses!!, lo que obligó a una forzada renegociación. Por lo que la vida institucional de la más grande empresa pública casi ha sido una crisis continúa salpicada por breves periodos de estabilidad.
Si bien los problemas de intervención del Estado en la petrolera han sido la regla, más que la excepción, así como la elevada rotación de los directorios y de los más altos ejecutivos y ciertos casos de corrupción, estos nunca se presentaron con la intensidad y apoyo de las más altas autoridades del Gobierno. Es que si bien este gobierno no tenía ni plan ni equipo para gobernar el país, sí que tenían ambos elementos para asaltar las arcas del sector público. Ya hemos leído las declaraciones de diversos colaboradores eficaces que nos han ilustrado cómo desde el primer día de gobierno ya se sabía a qué funcionarios públicos colocar en puestos claves para que operaran con eficiencia la organización criminal dirigida, según la fiscalía, por el presidente Pedro Castillo. Si consideramos que PP tiene una deuda de aproximadamente US$ 7,500 millones y consideráramos una tasa de interés del 5%, dudo muchísimo que Petroperú pueda generar fondos para cubrir el servicio de la deuda y los demás costos de la empresa. Y lamentablemente en el futuro los problemas lejos de disminuir van a aumentar sus problemas estructurales. Y es obvio que nadie va a estar interesado en adquirir el 49% de las acciones de la empresa (DU N° 023-2022) teniendo el Estado la mayoría y la administración de la empresa. Por lo que el Estado va a tener que ceder el control de la empresa y vender la mayoría de las acciones.

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