El necesario control mundial del cambio climático
Con motivo de las anormales y elevadas temperaturas que vienen soportando diversas poblaciones del mundo, así como los incendios forestales que resultan ser muchas veces incontrolables, igualmente, en variados países, se vienen dando a conocer innumerables diagnósticos de especialistas en materia climatológica, todos los cuales atribuyen, como uno de los principales orígenes de ello, al calentamiento global.
Como consecuencia del referido calentamiento, las tradicionales estaciones de clima a las que estábamos acostumbrados, como lo venimos comprobando, han tenido un trastocamiento en su comportamiento que, indudablemente, genera una afectación a las costumbres rutinarias de los pueblos. Pero, eso no queda allí; como, por ejemplo, en el Perú, existe la amenaza latente que se anuncia la aparición en los próximos cercanos meses, del “nuevo Niño” que, con sus lluvias intensas en varias zonas de nuestro territorio afectará la actividad agrícola, además de tener un efecto negativo en el desarrollo de nuestra economía, como ya se viene anunciando.
Para hacer frente a esa eventualidad, se supone que la autoridad gubernamental en nuestro país, y de seguro en muchos otros Estados, vienen implementando una serie de acciones que permitan mitigar los efectos del cambio de clima al cual no estamos acostumbrados.
Pero, la pregunta que todos los pueblos del mundo se deben de hacer es: ¿dónde está el origen de ese cambio climático al que todos debemos de temer? La respuesta es fácil de ubicar: la acción humana y su predisposición a que el desarrollo tecnológico permita, según se cree, el mayor o mejor bienestar social. Para decirlo de otra forma: el agresivo desarrollo industrial al que nos han llevado las grandes potencias que manejan el mundo, son las que vienen contaminando la atmósfera de todo el orbe, dando lugar a que se afecte el equilibrio ecológico y, por lo tanto, es la defensa y protección del medio ambiente la que se debe de cuidar y atender con prontitud.
Es muy lamentable comprobar que, en las conferencias o encuentros internacionales, promovidos por las Naciones Unidas, precisamente China y Estados Unidos, las dos más grandes potencias económicas mundiales, cuyo desarrollo se fundamenta en el amplio nivel al que han llegado su industria y su tecnología, no tienen interés de participar y, cuando lo hacen o están presentes, se limitan a “dejar sus aportes” económicos que, como contribución dineraria, se orienta a atender los sectores poblacionales de aquellos países mayormente afectados por el cambio climático.
En consecuencia, el accionar del gobierno del Perú, así como también de todos los gobiernos de los Estados que forman parte de la ONU, con miras a lograr que se conserve y proteja las tierras y los mares, asegurando un ambiente saludable no sólo para la actual generación sino para las venideras, deben de preocuparse de que los efectos del desequilibrio climatológico no dañe las condiciones de vida de sus pueblos y, además deben de promover la creación de una comisión internacional (donde no estén presentes las grandes potencias) para que se encarguen de verificar y fiscalizar que los materiales e insumos que se usan para la fabricación de productos, así como especialmente, la fabricación de artículos bélicos, no afecten los ambientes naturales, todos los cuales, por principio (aunque no esté así formalmente declarado) constituyen ser “patrimonio común de la humanidad,
Esta debe ser la tarea que, desde hoy, deben de tener todos los gobiernos del mundo, si es que existe un verdadero compromiso de conservar y proteger su naturaleza, a fin de hacerla aprovechable racionalmente por los pueblos y sus habitantes. De no ser así, lamentablemente, nos estaríamos quedando en ser simplemente declarativos, sin llegar a ser verdaderamente activos en búsqueda de un mañana mejor.
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