El muro ecuatoriano debe ser retirado
Hoy, que llega al Perú, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa en el marco del Encuentro Presidencial y el XV Gabinete Binacional Perú-Ecuador –deberá merecer una actitud discrecional por la presidenta del Perú, Dina Boluarte, a la luz del rompimiento del principio de inviolabilidad de las misiones diplomáticas por parte del gobierno del Ecuador, al hacerlo incursionando con sus fuerzas coactivas en la embajada de México en Quito, en abril de este año, y eso no es un tema de intromisión en los asuntos internos de Ecuador, sino uno que tiene que ver con el respeto incólume del derecho internacional por los Estados que nadie puede dejar pasar–, los ciudadanos de la patria consultamos en voz alta si nuestras autoridades se referirán al inexplicable muro mandado construir en el margen derecho del Canal Internacional del Zarumilla por el expresidente Rafael Correa al final de su mandato en 2018 y que fuera suspendido por su sucesor, Lenin Moreno, exigiendo desde entonces que sea totalmente derruido al contravenir el numeral 21 del Acuerdo de Bases, que es parte de los Acuerdos de Brasilia del 26 de octubre de 1998, con el que le pusimos punto final a una etapa compleja con Ecuador, dominada por la guerra de 1941, y por los conflictos del Falso Paquisha de 1981 y del Cenepa de 1995, dando paso, luego, al Plan Binacional de Integración Fronteriza Peruano-Ecuatoriano, una vez firmado el referido Acta de Brasilia, y que se convirtió en un modelo de integración, eso es verdad, y hay que relievarlo.
La actual gestión del ministerio de Relaciones Exteriores del Perú no debería dejar para las calendas griegas este asunto como sucede hasta ahora con el registro en la Secretaría General de la Organización de las Naciones Unidas, del Acta de la ubicación exacta del punto de inicio de la delimitación marítima peruano-chilena, que fuera un trabajo impecable de la Marina de Guerra del Perú, con apoyo del Ejército y la Fuerza Aérea peruanos, efectuado junto a sus pares de Chile, de conformidad con lo establecido en la sentencia de la Corte Internacional de Justicia, en su fallo de 2014, que solucionó para siempre el pendiente de frontera marítima que manteníamos con Chile.
Aunque serán abordados asuntos relativos a la inseguridad ciudadana, problema apremiante para ambos países, el asunto del muro, insisto, no puede dejar de ser abordado en el marco de una relación bilateral fundada en la integración, pero donde todo debe marchar de manera correcta y coherente para profundizar la vinculación entre ambos Estados.
(*) Excanciller del Perú e Internacionalista
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