El mundo de la ideas
Las últimas décadas del siglo pasado y las primeras de éste han significado el derrumbe de muchos muros, algunos físicos, otros invisibles; los muros comerciales se derrumbaron y han dado paso al mercado global, el mundo se ha ido convirtiendo en más cooperativo; las paredes de la comunicación han sido derrumbadas por el Internet, la misma suerte han corrido los muros ideológicos y políticos. El crecimiento económico se ha extendido a todas las partes del mundo y esto nos hace pensar con optimismo, a pesar de la pandemia; actualmente son las ideas las que impulsan el crecimiento, haciendo que la frase “una manzana alimenta a un hombre, pero una idea puede alimentar al mundo” cobre sentido; estoy convencido de que las ideas seguirán impulsando el crecimiento a un ritmo exponencial y, con ello, el comercio y la globalización se volverán más importantes y poderosos que nunca.
A medida que los países enriquecen, surgen más y nuevas demandas, lo que alienta a realizar investigaciones y a desarrollar bienes o servicios en beneficio de toda la humanidad; si los mercados son más grandes y aumentan el incentivo para producir nuevas ideas, se hace necesario maximizar el incentivo; y, la mejor manera es globalizando el mercado; las ideas deben estar destinadas a ser compartidas, pues estas pueden servir al mundo y al mercado global. En todos los países del mundo, son escasos los científicos, los países desarrollados han contado con generadores de ideas, las mismas que han sido investigadas y desarrolladas; no hace mucho, eran pocos los países que soportaban la carga de la investigación y el desarrollo, ahora son cada vez más los países abocados a esta tarea, sumándose al esfuerzo de traer soluciones a los problemas que nos aquejan y mejorar la calidad de vida de las personas. Se necesita una mayor demanda de ideas, mercados más grandes y una mayor oferta de ideas para el mundo; y es la globalización la que está haciendo posible ello.
Desde los inicios de la humanidad hasta el siglo XVI se tuvo crecimiento económico cero, del siglo XVI al siglo XIX se produjo un leve crecimiento, en el siglo XX, a pesar de las dos guerras mundiales, empezó el crecimiento sostenido, en el presente siglo se espera que el crecimiento siga esa tendencia para el bienestar de las nuevas generaciones; el mercado energético cada vez es más grande y exigente, el petróleo ya no es la materia principal, gracias a la investigación y el desarrollo han surgido nuevas fuentes y formas de energía, todas ellas nacieron de una idea, pensando en el mundo y posicionándose en el mercado. Debemos seguir globalizando los mercados globales, la cooperación debe ampliarse más allá de las fronteras y seguir invirtiendo en educación; los sistemas educativos también se están globalizando, convirtiéndose en un sistema abierto a nuevas tendencias y alumnado global, alentemos a nuestros estudiantes a encender sus velas y a salir de la oscuridad, mientras más velas encendidas haya, más luz existirá.
¡Actuemos con optimismo, difundamos las ideas, difundamos la luz!