¡El Ministerio Público está corrompido!

El acertado periodista Carlos Paredes tiene pruebas de cómo la fiscal Marita Barreto filtra informaciones privilegiadas a la prensa, siguiendo la pauta de sus colegas Rafael Vela Barba y José Domingo Pérez. Sucio ‘trabajo’, también conocido por viejos zorros pecaminosos del Ministerio Público como Pablo Sánchez y Zoraida Ávalos. Evidentemente, la Fiscalía de la Nación del Perú atraviesa por un momento de severísima corrupción y descomposición interna, donde, extrañamente, manda un sujeto peligroso para la estabilidad jurídica, política y social del país, como es Gustavo Gorriti, ligado a una ONG extranjera con ínfulas de todopoderosa operadora, capaz de poner y sacar fiscales de acuerdo a las necesidades del momento. ¿Su objetivo? ¡Que nuestro Ministerio Público siga actuando mal, como ahora! Evidentemente, aquello acarrea un inmenso riesgo para la administración de justicia.
Carlos Paredes, periodista y director del programa dominical Contracorriente de Willax TV, acusa a la fiscal Marita Barreto, coordinadora del Equipo Especial de Fiscales contra la Corrupción del Poder (Eficcop), de filtrar información reservada sobre aspectos muy graves que lindan con el delito. Según Paredes, el día primero de septiembre del año pasado, Barreto lo citó en un parque ubicado en las cercanías del domicilio de la todavía fiscal, en el distrito de Jesús María. En ese encuentro, Barreto entregó al periodista Paredes lo que calificó de “información reservada”, referida a una investigación subrepticia —que llevaba archivada en un dispositivo USB— respecto al congresista Guillermo Bermejo.
Paredes, hábil profesional en las lides mediáticas, no solamente grabó la entrevista sostenida con la fiscal Barreto en aquella cita solapada, sino que entregó copia de esta a la Autoridad Nacional de Control del Ministerio Público (Eficop), a efectos de que investigue lo dicho por la fiscal Barreto. Porque, a criterio del periodista, lo confesado por esta daba cuenta de graves problemas que envuelven a la propia coordinadora del Eficcop. Para asegurar que su versión fuese confiable ante toda autoridad, Paredes usó su reloj satelital como grabadora, lo que permite que cualquier autoridad que registre y escuche su contenido pueda contrastar que dicha grabación ocurrió, en efecto, el día y la hora; aparte de la dirección geolocalizada, relativa al lugar donde Barreto convocó a Paredes para ese encuentro.
Pues bien, todo indica que la denuncia del periodista habría caído en manos de algún miembro de la mafia que campea en el Ministerio Público, probablemente amiguete de Barreto. ¿Resultado? ¡La fiscal Barreto contraatacó presentando una denuncia penal contra el hombre de prensa! La lectura de esto último, según Paredes, es que Barreto esconde algo grave, y por tanto apela a amenazar con un proceso penal, a modo de presión, para que él se desista de la denuncia que ha presentado contra la fiscal Barreto ante el órgano de control del Ministerio Público.
¿Es posible que semejante gangsterismo funcione en nuestra Fiscalía de la Nación? ¡Claramente sí! Entonces, ¿qué espera el Legislativo para denunciar al Fiscal de la Nación y, consecuentemente, desratizar a este vil remedo de aquella dignísima institución que fuera nuestro Ministerio Público?

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