El Ministerio de la Mujer no sirve para nada

¿Somos las mujeres esclavas? No. ¿Ser mujer es significado de discapacidad o debilidad? Por favor. Nuestros huesos se expanden y nuestra piel se estira para traer a un ser humano al mundo. Ningún hombre puede imaginar lo que eso significa. No existe debilidad o la capacidad de víctima en una mujer. Lo que tenemos son mujeres con debilidad mental, cero educación, sin carácter, cero educación sexual, irresponsables y muchas de ellas con una mentalidad desfasada. Pero, ¿el machismo? A los machistas no los enfrentas con palabras, los vences con actos.
La mejor y única forma de medir el éxito en las acciones son los resultados positivos. Hagamos énfasis en la palabra “positivos”. Siendo realistas y disciplinados con esta palabra, nos hacemos la pregunta: ¿qué resultados positivos ha logrado el Ministerio de la Mujer que hayan impactado de forma contundente en los últimos 24 años? Vayamos a las cifras con un ejemplo solo por región. En el 2019, en las regiones de La Libertad, los casos de violencia contra mi género se dispararon hasta el 20% con respecto al 2018. Eso solo en una región. ¿Qué sucede en el país completo? El INEI reveló, en pleno 2024, que más del 50% de las peruanas hemos sufrido algún tipo de violencia.
Es importante indicar que varios de estos casos se convirtieron en la primera y última vez. ¿A qué me refiero? La primera vez que un hombre tenga los huevos de violentar física, psicológica o emocional a una mujer, será la última vez que lo haga. Y no porque la “justicia” lo determine así, sino porque una mujer así debe decidirlo. El Ministerio de la Mujer es un fracaso. Es la máxima representación del gasto público sin beneficios sociales, la imagen reflejada de Petroperú -cero resultados y millonarios gastos- y un concepto peligroso que no ha generado ningún buen resultado. Ese equivocado concepto de crear más desigualdad hablando solo de las mujeres. Las mujeres no estamos en esta situación solo por falta de protección; sino por falta de capacidades para valerse por ellas mismas. Dentro de las decisiones que tome una mujer en su vida, no debe olvidar que tiene que valerse por ella misma. No por autosuficiencia, sino porque así debe ser una sociedad.
¿Ha logrado el Ministerio de la Mujer implantar en la mente de las familias que tanto hombre como mujer necesitan recibir educación profesional y financiera para manejar y liderar sus vidas? Una mujer puede decidir ser madre, compañera y dueña de casa. No debe perder la oportunidad y obligación social y personal de educarse, formarse y estar preparada para cuando las circunstancias cambien. Tenemos casi nueve millones de madres en nuestro país. Cerca de seis millones trabajan y el 47% de ellas son independientes. No es suficiente, ni de cerca.
Basta de ser las eternas víctimas. Basta de sentir que el mundo se viene abajo porque dedicamos gran parte de nuestra vida en el estado de falso confort y resignación. Esa mentalidad no sirve y no importa si tienes 50 años. Es momento de romper el esquema de que hay un gran grupo mujeres de deben ser eternamente protegidas; ya tenemos mucho de ello. Necesitamos mujeres educadas y formadas en dirigir sus vidas con responsabilidad.

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