El mejor marco (rubio) para América Latina y el Perú
El reciente anuncio por el expresidente estadounidense, Donald Trump, de que el senador por Florida, Marco Rubio, será secretario de Estado del país más poderoso del planeta, cuando el magnate neoyorquino asuma su segundo mandato, al inicio de 2025, sin duda, es la mejor noticia que pueda conocerse para América Latina y, por supuesto, para el Perú. Es la primera vez que, en la historia de los Estados Unidos de América, accede a la jefatura de su diplomacia -en el caso peruano se trata del cargo de ministro de Relaciones Exteriores o canciller de la República-, un hijo de inmigrantes latinoamericanos. Rubio, de 53 años de edad y antiguo rival político de Trump, durante las primarias republicanas del proceso de elecciones presidenciales de 2016, tiene sangre cubana por donde se lo mire. Sus padres son parte de los millones de cubanos que decidieron huir de la isla dominada por el régimen comunista de Fidel Castro que llegó al poder en el amanecer de 1959, mientras se producía la huida del dictador Fulgencio Batista. Pero ¿por qué razón, Rubio, es idóneo para los intereses de nuestra región?. La respuesta está a la vista. El político estadounidense conoce como nadie la realidad de los latinos porque procede de ella y su sensibilización por esta circunstancia no puede ser soslayada. Así, su imaginario personal y familiar, ha sido erigido sobre la base de una problemática, muchas veces, poco comprendida por los gobernantes estadounidenses, herederos de los migrantes europeos que cruzaron el Atlántico desde las costas británicas para formar las históricas Trece Colonias que fueron la base político-social de la denominada gran nación americana, a la que Rubio se incorpora ipso facto e ipso iure, con su nacimiento en 1971 gracias al atributo ius soli, es decir, aunque de padres extranjeros, Rubio vio la luz del mundo en suelo estadounidense; sin embargo, lo anterior no es para creer que Rubio va a superponer los intereses de América Latina a los de su patria. En otras palabras, no se crea que, por su nombramiento, Trump va a retroceder en su reiterado anuncio de efectivizar deportaciones masivas. Nada de eso. Si algo está garantizado es que Rubio jamás pondrá los intereses estadounidenses en segundo plano y en eso Trump acertó porque sabe de sobra que el actual senador por Florida, ha tenido una línea o perfil político construido en base a los históricos intereses de los Estados Unidos. Con todo lo anterior, el nombramiento de Rubio como jefe de la diplomacia estadounidense, de todas maneras, será una enorme oportunidad para que se produzca un acercamiento nunca antes registrado entre el hegemón del mundo y América Latina, y que podría ser el punto de quiebre de hallarse acostumbrados a mirar a nuestra región como el patio trasero estadounidense. Nuestros análisis sobre Rubio, en consecuencia, aún están en desarrollo.
(*) Excanciller del Perú e Internacionalista
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