El Megapuerto de Chancay visto geopolíticamente
Nadie que no sea un orate, un desatinado, un mezquino o, finalmente, un traidor al Perú, podría oponerse de que nuestro país se convierta en el centro portuario más importante del Pacífico panamericano e ingrese en la liga de los más relevantes del mundo. El megapuerto de Chancay, que se halla a 71.2 km (1h25min) del Callao, Lima, y que en su primera etapa estará operativa para el 2024, viene siendo objeto de una montaña de opiniones a favor y en contra y no debería sorprendernos. Con una inversión millonaria total de 3,000 millones de dólares será el complejo portuario más importante y sin precedentes en nuestra región.
Las mayores críticas, entonces, son exógenas y con temor fundado –como pasó a mediados del siglo XIX- por lo que significará Chancay en su fase geopolítica explosiva en el Pacífico Sudeste, impactando letalmente en los réditos e intereses marítimos chilenos, hasta ahora intactos y exitosos.
Ahora bien, los peruanos nos merecemos contar con una información cabal sobre las prerrogativas reales que tendrá China y no me estoy refiriendo, esta vez, a su importante inversión económica, sino a las implicancias de suma y resta para el Perú en términos de seguridad y defensa que parecen ser soslayadas, por lo que será necesario conocer a priori los términos de la concesión. Ya sabemos que los chinos mueren por dominar el Pacífico tal como lo vienen haciendo exitosamente por la Franja y la Ruta por otros espacios del globo.
Sin caer en la obnubilación es necesario que los peruanos conozcamos el impacto que va a ocasionar el puerto de Chancay cuando comience a operar tan ciclópea inversión china por estos lares que es parte del área de influencia de EE.UU., pues no somos Chile, cuyos ciudadanos ingresan sin visa en su territorio, ni Colombia, el enclave contemporáneo con el que Washington selló el añorado Plan para la paz cafetera.
Debemos tener equilibrio y no perder perspectiva pues será bueno recordar que nos hallamos en el ámbito geopolítico de EE.UU., el hegemón, sino miremos su reacción ante los misiles soviéticos puestos cerca de sus narices (Cuba), que es lo mismo que, por la otra cara de la moneda, los apoyos militares indirectos de la OTAN a Ucrania ante los ojos de Rusia que decidió hacerle la guerra a Kiev.
Chancay, encantador no solo por su mágico castillo sino también por su puerto, podría ser pretexto para muchas cosas, por tanto, balanceemos para no tropezar.
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