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El lamentable régimen PPK-Vizcarra

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Fecha Publicación: 02/04/2019 - 22:20
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Van transcurriendo dos años y ocho meses de gestión de la dupla Kuczynski-Vizcarra y el Perú no deja de retroceder. Porque crecer dos y algo porciento anual es eso. Pero no solo hablamos de la regresión de nuestro progreso. Nos referimos sobre todo a: 1) la destrucción sistemática de la minería –principal fuente de riqueza que la Creación asignó a este atribulado país–; 2) el metódico desprecio a la exitosa agroexportación ensamblada a partir de los noventa, generadora de millones de puestos de trabajo, el ingreso de ingentes cantidades de divisas y la propaganda ante el mundo de la marca Perú; 3) el criminal fomento a la informalidad vía la falta de una legislación inteligente y a la omnipresencia de una burocracia cada día más poderosa, atorrante y abusiva que invita a que los ciudadanos ignoren las normas; 4) la inseguridad ciudadana que es realmente terrible, etc. Por cierto esta es una lista corta del vademécum de disparates que ha consentido –y propiciado– la dupla PPK-Vizcarra. Una pareja de gobernantes alucinantes, donde el primero de ellos renunció apabullado por las evidencias de sus vínculos con la corrupción en el affaire Lava Jato, y el segundo se las da de redentor, santurrón y adalid de “la lucha contra la corrupción”. Batalla en la cual, dicho sea de paso, Vizcarra se ha atollado. Pero cuidado. Existen informaciones insuficientemente desmentidas que lo vinculan a Odebrecht y a Graña y Montero. Y además, Vizcarra capitanea una “guerra” contra la corruptela evidentemente sesgada. ¿Cómo así? Pues la Fiscalía –capturada por Palacio– persigue solamente a los imputados por corrupción que no pertenezcan al oficialismo ni al círculo de poder absoluto que ha conformado, con adalides como la prensa corrompida comprada con la publicidad estatal y las ONG que controlan los ministerios del Ambiente, Minería, Inclusión Social, Agricultura, o el Poder Judicial. Simultáneamente, el Congreso fue dinamitado mediante campañas de desprestigio y amenazas de clausura. Igual hizo Kuczynski con los partidos políticos, propiciando que los keikistas se sometieran al oficialismo tras el indulto a su cacique. Para remate, los poderes fácticos también encumbran a Vizcarra a cambio de S/ 1,650 millones, partida que el Ejecutivo dispondrá este año –sin presupuesto suficiente para reparar escuelas ni equipar hospitales– para contratarles inservibles “asesorías”.

Repetimos. La minería agoniza porque este gobierno ha claudicado ante sectores antimineros –como las ONG medioambientalistas extranjeras– y se ha rendido a la protesta delincuencial de las tomas de carreteras, con la consecuente parálisis de casi todos los principales centros mineros en nuestro país. La agroexportación tiene los días contados porque el régimen PPK-Vizcarra ha soslayado la extensión de los beneficios fiscales que la hicieron exitosa. La gente muere en las calles debido a que el Gobierno no controla ni regula a los taxis, buses de pasajeros, camiones de carga, etc. El mejor ejemplo es el de aquella combi que adeuda S/ 3’000,000 por infracciones de tránsito y circula libremente.

Esta es una brevísima crónica del régimen Kuczynski-Vizcarra. Ni un solo activo. Pero, eso sí, cargado de gravísimos pasivos.