El juego de los abalorios libertarios
Argentina está explorando profundamente el concepto de “liberal libertario” a través de la promulgación de un megadecreto destinado a transformar de manera radical la economía del país. El paquete, integrado por 366 artículos legales, se enfoca en desregular, privatizar y abolir restricciones a la inversión privada, abarcando aspectos económicos, fiscales, administrativos, previsionales, tarifarios, sanitarios y sociales. Este acontecimiento, que ha generado un impacto significativo para lograr estabilidad, pone el énfasis en el contenido más que en la forma, provocando interrogantes en el sector opositor acerca de la legitimidad de la medida, un debate que para Milei carece de relevancia.
Según lo expresado por Joseph Knecht, personaje central de “El juego de los abalorios” de Hermann Hesse, resulta más sencillo describir lo inexistente que lo existente. Es así como, en Argentina, el Decreto de Urgencia materializa conceptos anteriormente ausentes, sentando las bases para un futuro de corte libertario, no solo en Argentina sino en toda América Latina. Las palabras de este decreto nos brindan una visión sobre la esencia y veracidad del camino liberal. Hesse consideraba que la verdad absoluta residía en la música y las matemáticas, por su precisión y objetividad. Inspirándose en esta idea, Argentina inicia la edificación de una entidad similar a la Castalia de Hesse, donde con el tiempo se reflejarán los efectos del cambio cultural y espiritual, dejando atrás la fantasía del peronismo. Castalia se visualiza como una armónica composición de abalorios o nudos, simbolizando la unión de conocimientos sobre el liberalismo-libertario. Milei y su equipo están comenzando un juego de abalorios que representan las interrelaciones del liberalismo.
En el terreno doctrinal, John Locke, considerado el padre de esta corriente, sostenía que se trata del consentimiento de un grupo de individuos libres y capaces de formar una mayoría para unirse e integrarse. Durante la Guerra Fría, ante el auge de la propiedad pública en EE.UU., Ayn Rand, en “La Rebelión de Atlas”, acuñó la frase “El hombre es un ser heroico en la medida que se libera de otros hombres”. En los años 60, Friedrich Hayek, preocupado por el incremento del poder estatal y la planificación económica de la posguerra, afirmó que la ley debe limitarse a proteger los derechos individuales, no siendo un instrumento para igualar resultados o planificar económicamente. Milton Friedman complementó este pensamiento, enfatizando en la necesidad de reducir el tamaño del gobierno y fomentar la competencia para el progreso económico. El Mayo del 68 en Francia, considerado como el caballo de Troya neoliberal por Michel Clousard, refleja esta filosofía. El liberalismo suma la unión, integración, liberación, protección de derechos individuales, reducción del Estado y la reforma.
Musicalmente, la obra Egmont op. 84 de Beethoven, basada en el drama de Goethe, narra el sacrificio del conde Egmont por la libertad, planteando la cuestión de si vale la pena dar la vida por una idea. Posteriormente, artistas de distintos géneros, como Rush y The Clash en el rock o Johnny Cash en el country, se inspiraron en la libertad personal y criticaron las instituciones estatales.
Entre las citas destacadas, el expresidente estadounidense Reagan, un ferviente defensor de la libertad, dijo: “¿Cómo describes a un comunista? Es alguien que lee a Marx y Lenin. ¿Y a un anticomunista? Alguien que entiende a Marx y Lenin”. El agente Tim, protagonista de ‘Sonidos de Libertad’, expresó: “los hijos de Dios no se venden”. Las poesías libertarias de Héctor Ñaupari, recordado poeta peruano, vinculan el amor con la libertad.
El megadecreto representa un aporte significativo para Perú, excepto en lo referente a medidas contra la inflación, mostrándose como una reforma positivo a replicar.
Feliz Navidad para ti, querido lector.
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