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El impacto en la región del acuerdo militar entre Bolivia e Irán

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Fecha Publicación: 03/08/2023 - 21:40
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Es verdad que jurídicamente Bolivia, como Estado soberano, y por tanto, sujeto del derecho internacional, puede concluir tratados, acuerdos, etc., o llegar a pactos o alianzas, con cualquier otro país u organización, todos miembros de la comunidad internacional, sin tener que dar cuenta de sus decisiones unilaterales, pero también lo es, que Bolivia forma parte de un sistema internacional de naciones forjado en la armonía convencional para mantener la paz, de lo contrario, viviríamos en el planeta de la barbarie.

Mantener la referida paz y tranquilidad internacionales, además, es una obligación a la que se comprometieron todos los Estados al firmar la Carta de San Francisco (1945) –inicialmente fueron 51 Estados, entre ellos, el Perú–, que dio paso a la creación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y que por cierto suscribieron el Estado Plurinacional Bolivia y la República Islámica de Irán.

El reciente acuerdo militar firmado por ambos países va en contra del espíritu y la letra de la Carta de las Naciones Unidas pues en Sudamérica han sido Argentina y Chile, países vecinos de Bolivia, los que han expresado su preocupación o extrañeza por el acuerdo militar –el Perú también debería hacerlo–, llevándolos a adoptar una posición a discreción o de recelo -casi como en los tiempos de la Guerra Fría-, que son parteros de la desconfianza interestatal y que impactará en las relaciones bilaterales entre los países de la región. Irán ha venido acercándose sistemática y eficazmente hacia Venezuela desde que llegó al poder el chavismo y lo viene haciendo hacia Bolivia desde que Evo Morales llegó al poder en 2006.

Litio y drones, y otros intercambios concomitantes para equilibrar o disimular, de uno y otro lado, parecen ser los elementos centrales de la negociación entre Irán y Bolivia y que al gobierno del presidente Arce, en La Paz, no le estaría importando la reacción de los países vecinos y esa sería una muy mala señal porque estaría confirmando que el gobierno boliviano no entiende nada o sabe de memoria la naturaleza del acuerdo. Eso lo veremos pronto.

En un mundo determinado por la interdependencia, por más que los Estados soberanamente pueden decidir qué sí consensuar y qué no, recordemos que llegar a acuerdos que puedan comprometer la seguridad y la defensa de los otros países de región, producirá una alta postura disuasiva por reacción, luego seguirán tensiones, enseguida la configuración de una etapa prebélica, y, finalmente, la guerra.

Todo lo anterior debe evitarse y no solo por el deseo, sino por la obligación de cuya connotación jurídica me referido anteriormente, considerando que Sudamérica es un espacio geopolítico no precisamente conflictual ni convulso como si pasa con Medio Oriente, por ejemplo, por lo que Bolivia, principalmente, no puede desconocer ni eludir el impacto de lo que ha firmado.

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