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El hombre más inteligente que conocí

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Fecha Publicación: 08/03/2020 - 21:20
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Por Ernesto Pinto-Bazurco Rittler

Me refiero indudablemente a Javier Pérez de Cuéllar. Y lo conocí bien. Durante muchos años trabajé con él en la Misión del Perú ante las Naciones Unidas en Nueva York; más tarde prologó mi primer libro sobre Derecho Internacional, Política Exterior y Diplomacia. También me propuso para un doctorado Honoris Causa y fue el padrino de mi matrimonio.

Trabajamos importantes y trascendentales asuntos, como la creación del Batallón Perú como contribución efectiva de nuestro país para el mantenimiento de la paz, y más tarde el inicio de una lucha -también eficaz- contra la corrupción, con la ubicación , arresto, y repatriación, desde Suiza de fondos de procedencia ilegal de funcionarios de la dictadura fujimorista.

Más tarde lo animé para que publicara su novela ‘Los Andagoya’, que escribió a la madurez de los 93 años de edad.Por mi trabajo de cuarenta y cinco años en el Servicio Diplomático, así como Académico Internacional, y escritor, me tocó alternar o negociar con personalidades mundiales de alto nivel. Recuerdo las negociaciones con Fidel Castro para la importante corriente migratoria de Cuba en abril del año 1980. Puedo afirmar que el mejor negociador que conocí, y que fue mi maestro, es Javier Pérez de Cuéllar. Su excepcional inteligencia lo llevaba a escuchar con paciencia y recoger los elementos de juicio necesarios para lograr el mejor resultado. Tratando los asuntos con interés y análisis certero, así como a las personas, incluso a los rivales, con el debido respeto.

Pérez de Cuéllar era además un profesional con sólida formación jurídica que siempre estaba bien informado. No se le escapaba detalle alguno. Por ello ocupó desde muy joven los cargos más importantes en la Cancillería peruana, así como en la Comunidad Internacional.

Fue presidente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y luego de ocupar altos cargos en la ONU fue elegido secretario general dos veces. No estuvo a disposición de ser elegido a un tercer mandato como secretario general de las Naciones Unidas, porque quiso servir al Perú como Presidente de la República. Prestigió al Peru siendo primer ministro y Canciller de la República.
Fue un gran patriota. Cuando le tocó representar al Perú gobernado por una Junta Militar se ocupó de ejercer una suerte de diplomacia interna, hacia el Gobierno mismo, haciendo notar la repercusión internacional de algunas medidas radicales. El Perú, al contrario de Chile o Argentina nunca sufrió condena internacional. Al contrario, ejerció una politica de prestigio en los principales foros internacionales.

Herederos de este prestigio tenemos a diplomáticos como Manuel Rodríguez Cuadros (quien con acierto ha calificado a Pérez de Cuéllar como gran constructor del Perú como Estado y como Nación), Néstor Popolizio y Gustavo Meza Cuadra, que nos han representado con éxito en el sistema de las Naciones Unidas.

Es oportuno recordar todo ello cuando estamos a dos semanas de la elección del secretario general de la Organización de Estados Americanos, en la que el Perú presenta la candidatura del embajador Hugo de Zela, diplomático peruano de gran experiencia y amplia trayectoria.

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