El héroe del fracaso
El premio Cervantes 2023 –el más importante en la lengua española– fue concedido al escritor Luis Mateo Díez. Prolífico autor, ha declarado al recibir el galardón, ser un cervantino confeso. Todos los escritores –ha dicho– nos damos cuenta de que la historia de Don Quijote es la del destino del ser humano: el pleito entre la vida real y lo imaginado, la quimera.
Para Mateo Díez, sus personajes más que perdedores, son héroes del fracaso, como el caballero loco de La Mancha. Son, al decir de un cronista de las fábulas, seres desarraigados, frágiles, idealistas, románticos. Ilusos e inocentes, incapaces para la vida si concebimos la vida según las pautas habituales. Se dejan llevar por los acontecimientos, les sean o no favorables, porque su carácter no les permite actuar de otro modo.
Al héroe del fracaso lo enloquece el amor, porque el amor para él es una locura. El viejo y enjuto caballero que ama a su Dulcinea hasta el delirio, tal vez ha perdido la razón, pero no la sabiduría. Por ello dirá frases que perdurarán en el imaginario de los pueblos: “Oh memoria, enemiga mortal de mi descanso”. “Los perros ladran, Sancho, señal de que avanzamos”. “No hay memoria que el tiempo no acabe, ni dolor que la muerte no consuma”.
Miguel de Cervantes Saavedra, el escritor, mucho menos conocido que su personaje, Don Quijote, plasmó en el caballero errante su visión de la literatura y, en especial de la poesía. Dijo: “Escuchad poetas, quien se llegare a las puertas de la poesía sin estar tocado de locura de musas, confiado en que la técnica le bastará para ser poeta, es un fracasado, aparte de que la poesía del perito palidece frente a la de quien está poseso de locura de musas”.
Las musas de Mateo Diez lo aleccionaron a retratar en los personajes de sus novelas el ideal cervantino del héroe del fracaso. Con esa impronta escribió sus obras más conocidas: La ruina del cielo, La fuente de la edad, Apócrifo del clavel y la espina, La cabeza en llamas, El reino de Celama, El hijo de las cosas. En todas ellas, el desgarro humano ante el sinsentido de la vida, se matiza con un fino humor y una especial valoración de la tradición oral como fuente de sus novelas. En mi pueblo, contó, nos sentábamos al atardecer a contar y escuchar historias y allí, creo, nación mi vocación de escritor.
Si es verdad, como escribió Julián Marías, que el amor el gran argumento de la vida, ¿qué de extraño tiene que un caballero se pierda en los vericuetos de su propia psique tratando de vivir ese argumento? El Quijote y todos los quijotes de la historia, son héroes del fracaso, porque son caballeros de las causas perdidas, como ha señalado Borges. Con su espada en ristre, acometen contra los fantasmas los sueños mientras sus Dulcineas se matan de risa por tan patético espectáculo.
Jorge.alania@gmail.com
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