El gran dictador

Tiempos extraordinarios requieren medidas extraordinarias. En 1990, nuestro fracasado país vivía momentos decisivos en su historia política, económica y social. Hoy, 34 años después, nuestro inmaduro país vive momentos decisivos en los mismos aspectos. En 1990, el INEI mostró al país que el 57.4% de los peruanos era pobre y el 26.8% era extremadamente pobre. Hoy, tenemos cerca de 30% de pobres en el país. En menos de cinco años (2020 – 2023), la pobreza aumentó 10% en una economía de “libre mercado”. ¿Cómo es posible que esto ocurra? Las decisiones corresponden a las épocas.
Existieron muchos dictadores en el mundo. Muchos de esos fueron de pacotilla, como el intento de dictador que fue el error político llamado Pedro Castillo. Sin embargo, muy pocos hombres que llegaron a nivel de dictador pueden preciarse de haber sido grandes dictadores. Uno de ellos es Alberto Fujimori Fujimori. Fue el destino el que quiso que un hombre como Fujimori dirigiera el destino del país. Las circunstancias históricas se prestaron para que un populista con carisma decidiera por nosotros, y lo hizo. Destrucción económica y terrorismo; una inservible constitución de 1979 que solo abrazaba las ideas mediocres de asistencialismo, degradación del sistema fiscal y la impresión de dinero sin valor; los peruanos eran más pobres cada día. Era el menú perfecto para implantar cualquier dictadura que haya dado resultados. Y la dictadura de Fujimori sí que los dio.
Ahora bien, vamos a situarnos en el tiempo histórico actual. ¿Qué tenemos? 30% de pobres, algo imperdonable en una economía de “libre mercado”; y seguiremos creciendo en pobreza. Al igual que en los 90, tenemos una cofradía (Congreso) que solo hace política para las economías ilegales (transporte y minería); una percepción de inseguridad y violencia que sobrepasan el 87% a nivel nacional urbano. Y algo clave y determinante, que no existía en los años 90: migración delincuencial y desbordada. Para los peruanos, en la actualidad el equivalente al terrorismo de los 80 y 90 es el terrorismo migratorio venezolano. Imparables, sanguinarios y asesinos, están destruyendo al país. Todos estos factores son el menú perfecto para implantar cualquier dictadura que asegure resultados a corto plazo y desde la raíz.
Para lograr esto, hay cosas que no se deben decir; solo se deben hacer. Fiel a mi argumento de que el país no es igual que hace 34 años y las necesidades son totalmente distintas, pues en ese tiempo se trataba de satisfacer y cubrir los aspectos básicos del grupo familiar o personal. Hoy, tenemos generaciones preocupadas por satisfacer placeres, gustos, metas, sueños y deseos de consumo que no estamos satisfaciendo o cubriendo. Y no se olviden de ese 30% de peruanos pobres. Tenemos el perfecto menú para engendrar otro Alberto Fujimori, el gran dictador, que tomó las decisiones necesarias para sacar al país de la miseria en la que se encontraba. Solo los líderes se enfrentan de esa forma a su destino: poder, gloria, cárcel y/o muerte.
No tengo idea de quién será ese gran líder o dictador que decida el rumbo del país que acabe con ese menú que lo llevará al poder. Lo único que sé es que no es y no será Keiko Fujimori.

Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, X, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.