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El general Huachaca y el monarquismo indígena

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Fecha Publicación: 19/04/2025 - 20:50
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La derrota del Ejercito Real del Perú en las pampas de la Quinua significó una conmoción para los pueblos indígenas que siempre fueron leales al rey. Lo consideraban como el padre de la patria, que los gobernaba, no por el derecho divino de los reyes a la manera ilustrada sino por el derecho divino de los padres a la manera católica. De aquí se puede entender porque su vínculo de vasallaje estaba fortalecido por una poderosa relación sacral-filial.
Por esta razón comuneros de la sierra de Huanta en Ayacucho, conocidos con el nombre de Iquichanos (por el pueblo de San José de Iquicha) iniciaron una cruzada popular contra la República. El líder de esta causa monárquica era el indígena y general realista Antonio Huachaca que en una carta increpaba a los republicanos (21-XI-1827) diciendo: “Ustedes son más bien los usurpadores de la religión, de la Corona y del suelo patrio... ¿Qué se ha obtenido de vosotros durante tres años de vuestro poder? La tiranía, el desconsuelo y la ruina en un reino que fue tan generoso. ¿Qué habitante, sea rico o pobre, no se queja hoy? ¿En quién recae la responsabilidad de los crímenes? Nosotros no cargamos semejante tiranía.”
En 1853 el viajero inglés Clements Markham (1830-1916) anotaba que: “La tribu india de los iquichanos luchó furiosamente a favor de la causa realista, y, en la época de la batalla de Ayacucho, se acantonó en la ciudad de Huanta. Firmes en su lealtad y desdeñosamente reacios a someterse a la república, se retiraron a sus montañas; pero en 1828 salieron nuevamente, derrotaron a un regimiento republicano de infantería y ocuparon una vez más Huanta. Avanzaron después sobre Ayacucho, proclamando a Fernando VII, pero el 18 de noviembre de ese año fueron vencidos...”
No habiendo podido capturar Huachaca, los vencedores se ensañaron con su esposa e hijos, los llamados “cadetes” quienes fueron hechos prisioneros y remitidos a Ayacucho. Pero el indomable general Huachaca, como sus guerrilleros no había sido sometido y siguió cabalgando en su caballo alazán tostado de nombre “Rifle” y seguido por sus combatientes siguió resistiendo a los “herejes” republicanos.
El historiador Juan José del Pino dice que: “En 1838, Huanta o los iquichas se encariñaron con la causa de la Confederación. El Protector, gran mariscal Santa Cruz, en su tránsito por aquel lugar, obsequió un vestido de general al indio Huachaca confiriéndole tan alta clase por el conocimiento de su audacia y porque era el primero que representaba la ferocidad de su ‘raza’. Fue entonces que, al caer la causa Peru-Boliviana por la intervención chilena, nuevamente los iquichanos resistieron a los gobiernos chilenofilos y, aun en la década de 1850, fecha en que el mencionado viajero inglés visito los Andes, aún seguían insumisos.
La figura del Antonio Huachaca, cual “Rob Roy andino”, es la representación ejemplar de una estirpe heroica, que como dijo Markham: en su resistencia contra la tiranía democrática, ha conseguido resistir de modo permanente la opresión del gobierno republicano. Constituyen en todo sentido un pueblo de los más interesantes, y un honor de las razas indias de Sudamérica, refutando así, en alguna medida, la inhumana opinión de muchos europeos según la cual la Providencia ha dispuesto que las tribus aborígenes del Nuevo Mundo deben ser pronto exterminadas por completo”.

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