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El entreguismo de los vendepatria

Fecha Publicación: 18/02/2019 - 22:15
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Siento una profunda frustración por la indolencia con la que se está asimilando el acuerdo suscrito con la corrupta Odebrecht.

Ha ocurrido lo que denunciamos: por los daños en solo cuatro obras se debió exigir más de 3 mil millones de soles según cálculo del MEF, pero solo recibiremos unos 650 millones incluyendo impuestos.

La deuda será pagada sin intereses y en 15 años, con la condición de que Odebrecht siga contratando con el Estado; y sin que esta se inhiba de demandar al Perú unos 2,000 millones de soles. Humillantes términos entreguistas.

A cambio ODB dará información y pruebas que comprometerían a otros ex altos funcionarios del Estado; lo cual es una quimera. Comprar pruebas genera sospechas sobre la integridad de quienes han negociado el acuerdo con secretismo, sin un debate democrático del Parlamento y con las asesoría innegable de IDL y Transparencia; entidades que urdieron la toma violenta del Poder Judicial y el Ministerio Público propiciando el golpe blanco del Ejecutivo, la prisión arbitraria de Keiko y la salida de Chávarry.

Así, queda demostrado que la Fiscalía, y el acuerdo con Odebrecht, son herramientas del Gobierno para los fines políticos del autoritario Vizcarra.

Si en 2017 fiscales y procuradores hubiesen sido más capaces, menos corruptos y si hubiesen defendido su autonomía, pudieron aplicar el D. Leg. DL 1106 sobre Lavado de Activos y Pérdida de Dominio. Por esa vía, hoy tendríamos la plata robada y a los corruptos. Mediante intervención directa a la empresa hubiéramos podido cobrar con los activos y acciones de Odebrecht, los corruptores locales estarían presos, incluyendo todas las cabezas de la empresas del club de la construcción; hubiésemos recuperado Chaglla, valorizado en casi dos mil millones de soles; no tendríamos la preocupación de juicios que seguramente ahora perderemos; y no habría obligación de contratar a quienes nos estafaron.

Pese a la grandilocuencia para presentar hoy el tema como un caso de éxito, la verdad sigue siendo que estamos frente a un acuerdo vendepatria que franquea las puertas para la persecución política –especialmente contra Alan García–; que hace escarnio del patrimonio económico del país; que permite la impunidad de los corruptos; y que sirve de instrumento para Vizcarra, mentiroso contumaz, embarrado con la mafia de los constructores desde época electoral. Y convierte al Perú en el penúltimo proveedor de fondos para el comunista Foro de Sao Paulo junto con México y la Venezuela de Maduro.