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El dinero puede comprar la libertad de un prófugo

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Fecha Publicación: 21/05/2023 - 22:00
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Melisa González Gagliuffi es la primera peruana que logra la piedad del Poder Judicial, al recibir la variación de su condena desde efectiva, es decir, en prisión, hasta su ansiada “vigilancia electrónica personal”.

Esta mujer cometió el homicidio culposo en agravio de Christian Agustín Buitrón Aguirre y Joseph Giancarlo Huashuayo Tenorio; y el delito de lesiones culposas agravadas en contra de Luis Miguel Vega Palacio y Vilma Gamarra Tambohuacso. Melisa González destruyó la vida de dos familias, fugó de la justicia y ahora cumplirá su benévola sentencia en la comodidad de su hogar. Esa es nuestra justicia criolla.

Lo primero que debemos entender, antes de criticar con nuestras emociones, es que la medida dictada por el Poder Judicial es legal. Una persona condenada puede convertir su encarcelamiento en una vigilancia electrónica. Sin embargo, ¿qué personas pueden adherirse a este beneficio penitenciario? Las que son condenadas a penas privativas de libertad no mayor de ocho años, y las que no hayan sido condenadas por delitos de organización criminal y otros delitos graves no culposos.

Es decir, Melisa González Gagliuffi tenía los argumentos legales para acceder a este beneficio. Su defensa usó todas las estrategias que le permitieron librar de la prisión a su representada.

¿Es legal la decisión del Poder Judicial ante una mujer que fugó de la justicia? Sí. ¿Es justa y correcta la decisión del Poder Judicial en otorgarle la vigilancia electrónica? No, no es para nada correcta.

Sin embargo, no todo lo incorrecto es ilegal. Melisa González Gagliuffi no merecía recibir este beneficio porque nunca se puso a disposición de la justicia. Se dio a la fuga al saberse condenada por homicidio, y una persona que se encuentra en condición de fuga no debería postular o ser acreedora a este tipo de beneficio carcelario. Pero, en nuestro país como en muchos otros, quien tiene dinero puede comprar hasta la libertad.

Me gustaría entender a González Gagliuffi. No fue su objetivo causar la muerte de los dos jóvenes, no fue su intención causar sufrimiento a las familias, no fue su objetivo de vida terminar prófuga de la justicia. Las cárceles en el Perú son hacinamientos que destruyen el espíritu de los que ingresan. Una persona que ingresa a prisión no sale igual, la cárcel cambia a las personas.

El dinero puede lograr muchas cosas, una persona con dinero puede lograr la tranquilidad mental y con el caso de Melisa González Gagliuffi ha quedado demostrado que una persona con dinero puede fugar de la justicia y regresar con un excelente beneficio penitenciario como la libertad condicional gracias a un dispositivo electrónico en el cuerpo.

La conducta procesal de González Gagliuffi no ha sido la idónea para merecer tal variación de su condena. Sin embargo, las cárceles están llenas de inocentes, culpables y personas que cometieron graves errores en su vida como lo hizo Melisa González.

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