El desparpajo de Del Solar y Vizcarra
El presidente Vizcarra y el primer ministro del Solar plantearon al Congreso la cuestión de confianza sobre una base bastarda. En efecto, Del Solar abrió así su presentación del martes en el palacio Legislativo: “Estamos aquí porque nuestro país sencillamente no puede seguir como está. Porque no podemos tolerar que nuestra democracia se sostenga en partidos mayoritariamente debilitados, desprestigiados, alejados de la ciudadanía y altamente vulnerables a la corrupción”. Con semejante techo de vidrio (Odebrecht, Chincheros, gobierno regional de Moquegua, Club de la Construcción, etc.), ¿con qué derecho este gobierno se atreve ahora a tirar la primera piedra, hablándonos de “partidos mayoritariamente debilitados, desprestigiados, alejados de la ciudadanía y altamente vulnerables a la corrupción”? ¿No recuerdan que Peruanos Por el Kambio fue el partido improvisado “débil, desprestigiado, lejano del pueblo, altamente vulnerable a la corrupción” que llevó a Palacio al ahora imputado por corrupción expresidente Pedro Pablo Kuczynski y asimismo a la gente que él reclutó, incluyendo justamente a Vizcarra, a Del Solar y tantos otros inmersos en el fango de la trapacería a quienes, Del Solar dixit, ”los peruanos repudian”, siendo que ellos mismos conforman esa esfera corrompedora que se cargó al Perú a base de banalidades, engaños, rufianismos y mucha venalidad?
En este orden de cosas, ¿con qué derecho un primer ministro como Salvador del Solar –quien estuvo al servicio cercanísimo de un exmandatario involucrado en operaciones delictivas, consistente en aprovecharse de los cargos de ministro de Economía y primer ministro para confabular contra la nación, con el propósito de enriquecer su patrimonio con dinero del pueblo– ha tenido el desparpajo de presentarse ante el Parlamento de la República a decir que nuestro país sencillamente no puede tolerar que la democracia se sostenga en partidos debilitados (como aquel que lo colocó como ministro de Cultura, primero, y luego como presidente del Consejo de Ministros), desprestigiados (al extremo que el país ha repudiado machaconamente a su fundador, quien tuvo que renunciar por sus reiteradas y evidentes mentiras ante las manifiestas sospechas de sus corruptelas), alejados de la ciudadanía (¿hay algún peruano tonto que se mantiene cercano a PpK?) y altamente vulnerables a la corrupción (reiteramos, los flagrantes casos Chinchero, la financiación de Odebrecht a través de operadores como Susana de la Puente, el acervo de denuncias enquistadas en la Fiscalía provenientes de Moquegua por las gestiones de su entonces máxima autoridad Martín Vizcarra, la entrega de dinero en negro en la casa de Kuczynski –y en presencia de Vizcarra– al partido Peruanos por el Kambio por parte de un emisario del corrompedor Club de la Construcción, etc.)?