El desafío Muñoz
Hace bien el alcalde de Lima, Jorge Muñoz, en señalar –desde el arranque de su gestión– un plan de acción con dos ejes muy claros de intervención: la lucha contra la corrupción y la seguridad ciudadana.
Convocar, tras juramentar, al Comité Regional de Seguridad Ciudadana de la capital, y proponer de inmediato la firma de un Pacto Anticorrupción a todos los alcaldes distritales son símbolos que merecen especial atención.
Sirva esta convocatoria también para recordarle al ministro del Interior y al director de la Policía Nacional del Perú, así como a los representantes del Poder Judicial y el Ministerio Público, que su relación con el poder local es de subordinación y cooperación, respectivamente. Las fuerzas encargadas de impartir el orden y la justicia deben tener muy claro que están al servicio de los vecinos y ciudadanos. No al revés, como se viene operando los últimos años.
Alinearse con el poder local es clave para institucionalizar una dinámica social, a través de una gestión moderna que busque erradicar con inteligencia y participación ciudadana a las mafias corruptas y delincuenciales que tomaron, literalmente, la ciudad capital por asalto.
El proceso no será sencillo, pero es fundamental para diseñar políticas públicas eficientes y eficaces desde los gobiernos locales, de manera que por fin estén al servicio de los vecinos. No más funcionarios públicos estériles, incapaces e indiferentes frente a los problemas cotidianos que vivimos los peruanos, quienes hace décadas nos sentimos desprotegidos por la autoridad.
Hace bien también Muñoz cuando explicita su apoyo a innovadoras iniciativas distritales que trascienden al ámbito metropolitano, como las anunciadas por el alcalde de Jesús María, Jorge Quintana: recuperar el histórico Campo de Marte, dándole valor social y económico a un espacio público con visión emprendedora; solicitar se declare a la “Residencial San Felipe” como Patrimonio de la Humanidad; y proponer la implementación del primer coworking público del Perú, con el objetivo de capacitar y promover empleo para los jóvenes del distrito.
Si iniciativas como estas se hacen realidad, podríamos ser testigos de una gestión que realmente le cambie el rostro a nuestra ciudad capital, de manera que quienes nos visiten no limiten su paso turístico a las clásicas rutas del Centro Histórico y los reducidos espacios gastronómicos y de playa, sino que vean el despliegue de una ciudad que sigue viva y no se detiene. ¡Todo nuestro apoyo!