El Covid-19 en el Ecuador
Con las desgracias que estamos sufriendo en el Perú por el Covid-19 y la comparación que se nos hace respecto de Bolivia, Chile y Ecuador, desfavorable en cuanto a los dos primeros países pero algo mejor en lo que concerniente al tercero, me comuniqué con un amigo mío residente en Ecuador para que me brinde su historia. He aquí su versión:
“Los desastrosos efectos iniciales del Covid 19 en Guayaquil fueron vencidos por un esfuerzo de la sociedad civil que conformó el Comité Especial de Emergencia de Guayaquil, gestado inicialmente por el ex alcalde Jaime Nebot y dirigido por prominentes figuras del sector privado, con el cual colaboraron múltiples instituciones incluida la Iglesia. El Comité actuó en varios frentes. Los más importantes, apoyados con un fondo de US$ 2.5 millones constituido por donaciones privadas fueron: adquisición de insumos médicos, EPP, etc; descentralización de la atención médica con decenas de dispensarios barriales temporales; y distribución de alimentos a gente en domicilio en cuarentena.
En Quito se instauraron una rigurosa cuarentena, severas limitaciones a la circulación ciudadana y toque de queda. Los niveles de contagio y mortalidad se mantuvieron bajos al inicio, pero a medida que comenzó a aflojar el rigor de las medidas, la ciudad ha entrado en severa crisis, y la situación actual es imagen a espejo, pero al revés, de la de Guayaquil. Un gobierno municipal colosalmente inepto y corrupto tiene a la ciudad desbordada, con las curvas en ascenso, la capacidad hospitalaria copada, el Director de Salud del Municipio preso por corrupción en la compra de insumos. A esto se suma el hecho que, lamentablemente no vemos evidencia de voluntad y capacidad de la sociedad civil para organizarse como lo hizo la sociedad civil en Guayaquil. En la Amazonía, los pueblos indígenas han hecho esfuerzos para aislarse, pero existe evidencia de que está creciendo el ritmo de contagio”.
¿Qué conclusiones sacamos del panorama ecuatoriano? Guayaquil estaba mucho peor que Lima siendo de menor tamaño y población. Su alcaldesa llamó al sector privado para que combatiera la pandemia. Y los resultados cambiaron en un 100%. Con una pequeña donación pero con un liderazgo efectivo, no solo se estabilizó una situación horrible sino que mejoró sustancialmente aunque la amenaza sigue latente. En Quito que es una ciudad más pequeña que Guayaquil e inferior a Lima en habitantes y extensión, la situación parece copiar nuestra realidad. Cuarentenas prolongadas con algún éxito inicial y luego todo peor. Lección seguir: imitar a Guayaquil y descartar a Quito.