El costo de los desaciertos en la comunicación

Una comunicación ineficaz aumenta el desánimo y menoscaba la confianza pública. Esta deficiencia obstaculiza la implementación de políticas, deteriora las relaciones internacionales y provoca el pánico que ahuyenta a los inversionistas. A pesar de su alta desaprobación, el gobierno y sus entidades parecen ignorar estas realidades. Al anunciar medidas o decisiones, a menudo se mueven como quien avanza de forma atropellada en un campo minado, ofreciendo información incompleta sobre sus motivos y el impacto de sus decisiones.
Últimamente, hemos sido testigos de situaciones comunicativas cuestionables. Primero, Sedapal informó a cuentagotas sobre el corte masivo, agudizando la preocupación pública. En pocos días, la ministra Pérez de Cuéllar fue alertada de la decisión por los medios, sugirió medidas irritantes de aseo con tacitas y confió en que el nuevo presidente de Sedapal, Jorge Gómez Reátegui, restablecería el orden. Aún no es así. Él solo ofreció disculpas por la deficiente comunicación.
Segundo, el Poder Judicial publicó en su página una propuesta del Consejo Consultivo de la Presidencia de la República para intervenir gobiernos regionales ante intentos separatistas. Sin un contexto adecuado, Infobae tomó opiniones de constitucionalistas que tacharon a la propuesta de peligrosa y polémica por las aspiraciones separatistas del gobernador de Puno.
Tercero, Petroperú solicitó de nuevo un millonario plan de salvataje, pese a haber recibido un aporte importante en octubre 2022. Las pérdidas acumuladas, la deuda con pésima calificación y la mala gestión de la Refinería de Talara se vieron peor aún por su comunicación errática, generando el rechazo de Otárola y propuestas de privatización desde el Congreso.
Cuarto, el viaje de Boluarte al Vaticano, con múltiples reuniones de alto nivel que incluyen Alemania e Italia, ha levantado interrogantes sobre su beneficio real para el país. Tras la críticas de sus viajes a EE. UU. y Brasil, este podría percibirse como un “tour” con posibles desavenencias con la prensa. Si el ministro Contreras dijo que el costo de combatir la delincuencia en Perú supera el 1% del PBI, se requiere explicar bien los avances y logros esperados para que la presidenta atienda las interrogantes de la prensa en Europa.
Quinto, el diario inglés Financial Times resaltó preocupaciones de un funcionario estadounidense sobre las crecientes inversiones chinas en Perú, incluyendo el puerto de Chancay. El silencio podría insinuar que Perú se convierte en base militar china. Necesitamos aclarar: Perú busca inversiones sin agendas ocultas. Si EE.UU. no hubiera dejado de invertir en América Latina la percepción sería otra. Hay que comunicar con precisión y veracidad nuestras decisiones.
Un plan de comunicación claro podría haber cambiado percepciones altamente negativas, ofreciendo una visión sin distorsiones y acordes a la realidad sobre los motivos en cada medida gubernamental.
En Fiestas Patrias, el Consejo de la Prensa Peruana y la Asociación Nacional de Periodistas dijeron que Boluarte heredó el “legado hostil de Castillo contra la prensa”. Entre diciembre 2022 y febrero 2023, contaron a más de 170 periodistas que fueron agredidos en disturbios. Las designaciones en medios estatales y propuestas legislativas que han exacerbado la tensión con la prensa.
Si bien algunos periodistas son críticos persistentes, al punto de convertirse en profetas del pesimismo, es clave poder discernir, separando la paja de trigo. De esta forma, el gobierno y sus entidades deben asegurar que la información que entreguen a la prensa, tanto nacional como extranjera, sea veraz, accesible, comprensible y efectiva para evitar malentendidos o percepciones erróneas que erosionan la confianza de los inversionistas y disminuyan las oportunidades a futuro.
¡Para combatir el desánimo es importante cerrar la brecha entre la realidad y la percepción!

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