¡El Congreso es una mesa de partes!
Después del papelón que hizo el Congreso al aprobar con celeridad los proyectos de reforma política-judicial del presidente Martín Vizcarra, para que finalmente este rechace la bicameralidad pese al arduo trabajo multipartidario, resulta que ahora la débil representación nacional (ya sin reelección ni Senado tras el referendo) vuelve a caer en el mismo error y se ha convertido en cómplice de las intenciones intervencionistas del mandatario en el Ministerio Público.
En medio de la crisis del MP por la momentánea remoción de los populares fiscales Vela Barba y Domingo Pérez del equipo especial del Caso Lava Jato, el jefe de Estado jaló agua para su molino y desempolvó el borrador de una iniciativa (que ya meses atrás la bancada aprista había puesto en evidencia) para declarar en emergencia la Fiscalía, con lo que, a vista y paciencia de todo el mundo, se está violando la Constitución que señala que esta entidad es autónoma.
De aprobarse dicho proyecto –que viene siendo “debatido” por unos parlamentarios espantados ante el eventual cierre del Congreso–, no solo el fiscal de la Nación, Pedro Chávarry (cuya renuncia parece impostergable al tener un pésimo ‘timing’ al retirar a Pérez y Vela), sería suspendido de sus funciones, sino también los demás integrantes de la Junta de Fiscales Supremos, entre ellos los preferidos por los caviares: Sánchez Velarde y Zoraida Ávalos.
Lo que viene ocurriendo en el país, lamentablemente, nos remonta a las oscuras épocas antidemocráticas del fujimorato. Alberto Fujimori, como se recuerda, propinó un autogolpe el 5 de abril de 1992 en el que ordenó la “reorganización” del Ministerio Público colocando vilmente ahí a funcionarios a su antojo. Precisamente el abogado Ghersi, en entrevista con EXPRESO, advirtió que “Vizcarra debería mirar dónde está Alberto Fujimori hoy día”, pues “romper el Estado de Derecho e irrumpir en la independecia de las instituciones (…) se llama un golpe de Estado”. Y en efecto: los dictadores siempre terminan presos.
Pero Vizcarra no está solo en su tropelía, sino que se ha hecho de aliados. Patéticamente Keiko Fujimori (quien está injustamente en la cárcel sin sentencia y sin que haya peligro de fuga) exhortó a sus parlamentarios a que respalden la iniciativa palaciega. De igual forma, el titular del Parlamento, el exaprista Daniel Salaverry, escribió desde Europa que se tienen que tomar medidas urgentes para “reorganizar” (¿les suena conocido?) el MP. Ambos quieren salpicarse con la popularidad del Presidente a costa de tirarse abajo la independencia de poderes.
Así las cosas, y más allá de la permanencia o no de Chávarry, a los que creemos en la democracia nos toca defender la autonomía de la Fiscalía, porque... ¡el Congreso no es más que una simple mesa de partes!
Por: Aaron Salomón*
*Periodista.
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