El conflicto social está permitiendo la dominación del Perú
Generar conflicto y caos social siempre ha sido la estratagema de la élite que controla la economía del mundo para someter a las naciones a sus intereses, pero nunca como en la última década ha propiciado conflictos sociales, guerras y calamidades, en su afán de tomar control político, económico y social de los pueblos.
Creer que se pueden producir pandemias en todo el planeta con virus desconocidos, de los que ya se tienen las vacunas antes de que aparezcan, demuestra el nivel de control mental de la población mundial que han logrado, controlando los medios de comunicación. Controlan la prensa mayoritaria; la que no se alinea, la silencian; controlan gobiernos, jueces, fiscales, parlamentarios, autoridades electorales, policía y fuerzas armadas, y montan aparatos paramilitares compuestos por delincuentes inmigrantes de alta peligrosidad, que están provocando terrorismo en las ciudades, con el consentimiento oculto de los gobiernos, que se someten por el peor modo de corrupción de Estado: el que entrega su propia nación en manos de poderes extranjeros a cambio de dinero.
Mientras los peruanos estamos discutiendo sobre los relojes y cirugías de Dina, los asesinatos diarios (que no deben bajar de 6), entre los que encontramos recicladores, vendedores ambulantes y choferes de buses, los elegidos para pasar por la moledora del terror urbano, planificado con la más fría crueldad para justificar un “espontáneo” crecimiento delictivo, que permitirá justificar a su vez leyes draconianas que suspendan derechos civiles y obliguen a la población a la identificación digital; el aparato de dominación internacional avanza con la oscura obediencia de sus operadores locales, que siguen inoculando las falsas vacunas de la muerte desde 0 a 100 años, legalizando el pago de remuneraciones por medios digitales, apuntando a la imposición de la moneda digital que ya el BCR tiene lista, para el control poblacional más perverso diseñado contra la dignidad y libertad del ser humano.
No es modernidad, es un plan de dominación de las naciones bajo un gobierno mundial de la ONU al servicio de los intereses de la élite globalista, que se está ejecutando con la complicidad de autoridades de todos los Poderes del Estado, alineados con la Agenda 2030 y los dictados de la OCDE, OMS, OMC, BM, FMI, el Foro Económico Mundial y demás organismos internacionales, en los que los operadores locales cuentan sus monedas de Judas sobre la mesa de la destrucción de nuestra nación.
Cancillería no ha observado el inconstitucional Reglamento Sanitario Internacional que la OMS pretende imponer al mundo para someternos a un nuevo genocidio, pro dominación de los sobrevivientes de las naciones; los crímenes de lesa humanidad son imprescriptibles. Anunciamos que el canciller Schialer y la presidente Boluarte encabezarán la lista de condenados por la Corte Penal Internacional.
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