El clima no cambia así

Cubiertos por un manto negro de polvos químicos y metálicos radioactivos que producen neumonitis o neumonía atípica al caer sobre los aires que respiramos, trasunta la quinta ola de Sars Cov 2 o Síndrome de Radiación Aguda, generada por los aviones de la muerte que surcan nuestros cielos dejando estelas de tóxicos letales que actúan con la radiación de las antenas 5G, nos volvemos a creer el engaño del cambio climático y la reaparición del virus llamado burlonamente: perro del infierno.

La gente comenta en las calles qué raro está el clima, sin darse cuenta que el clima no cambia así por naturaleza, lo están alterando artificialmente con el cuento de enfriar el planeta echando en las nubes un cóctel de aluminio, bario y estroncio, catalizadores de la radiación y que en primer plano destruye los pulmones y luego produce tumores y cáncer.
Nos están exterminando con pretextos climáticos, virus, pandemias y falsas vacunas que inducen la muerte lenta, para eliminar dos tercios de la población mundial, lo cual ha dejado de ser una teoría de la conspiración, para tener demasiadas pruebas científicas y objetivas de su realización.

Estamos en una tercera guerra mundial contra la humanidad, de cuarta y quinta generación: biológica y de radiación electromagnética con inteligencia artificial, en que nuestro gobierno está colaborando con el enemigo, ejecutando todos los dictados de los organismos internacionales que dirigen las operaciones de guerra para nuestra destrucción.

¿La Fuerza Aérea del Perú contempla a los aviones de la muerte sin hacer nada? ¿El Ministerio de Transportes ha autorizado los vuelos del sicariato internacional?

Están provocando sequía artificialmente con las antenas HARPP en toda la Sierra, quemando con lanzallamas desde helicópteros los sembríos, pastizales y animales de nuestros campesinos, para generar hambruna; las vicuñas, llamas y alpacas las han quemado en Cusco, Puno y Ayacucho, 10 hermanos campesinos han muerto quemados la última semana, y la prensa y las autoridades no dicen ni hacen nada.

Tomar las riendas del país no es ahora para cualquiera, sino para quien tenga la entereza moral y capacidad para enfrentar la defensa de la nación frente a todo el poder de una organización criminal internacional que nos está exterminando bajo una guerra mundial silenciosa, haciéndonos creer que aplican sus medios de exterminio para salvar nuestras vidas, y nos están endeudando a 100 años para pagar la cuenta con la entrega de nuestros recursos naturales y patrimonio nacional a precio de colonización y subyugamiento al Gobierno Mundial.

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