El Ciudadano Castillo

Ahora, el expresidente deberá enfrentar a la Justicia como todos, como el ciudadano Castillo. La sucesión presidencial ya se dio, nos guste o no.
¿Qué es lo que debería ocurrir? Considero lo correcto, dada la compleja coyuntura política, social y económica, es que la flamante presidenta Dina Ercilla Boluarte Zegarra, convoque a nuevas elecciones generales, pero, para ello, en un esfuerzo conciliatorio de las fuerzas políticas, primero se deberán lograr las modificaciones constitucionales que subsanen los vacíos que posibilitaron la permanencia de Castillo en el poder.

Hermanos peruanos, si no se modifica la Constitución, en lo referido a la vacancia, destitución, suspensión temporal e inhabilitación presidencial, lo que podría ocurrir es que tengamos en Palacio, alguien peor al ciudadano Castillo. Quijotes, es momento de reflexionar y tomar acción modificando el artículo 110° de la Constitución, elevando los requisitos para postular y asumir la Presidencia de la República; lo mismo así para postular y ser congresista, gobernador regional, alcalde, entre otros cargos públicos de relevancia.

Esta es una lección que no debemos olvidar. Nos corresponde exigirles a los partidos políticos que postulen al cargo público a los mejores ciudadanos, no a los peores. Las normas del sistema electoral deben modificarse de tal manera que se sancione con la anulación, ante el ROP, de los partidos políticos que no efectúen el filtro milimétrico de sus candidatos; no podemos ser tibios dejando a los propietarios de las organizaciones políticas que lleven al cargo público a delincuentes, cuestionados personajes o serviles que sirvan para cautelar sus intereses; tal como ha ocurrido, tal como está ocurriendo.

Aprendamos la lección. No fue la calle la que vacó al ciudadano Castillo, tampoco fue el Congreso; lo que determinó su salida fueron actos propios, su ineptitud, su incapacidad de leer la coyuntura; Ciudadano Castillo, la primacía de la realidad siempre gana... ¡DEBISTE RENUNCIAR!

Ojo que la democracia no es que se haya defendido a través de mecanismos antidemócratas; la caída del ciudadano Castillo ha sido por actos propios. Tampoco podemos soslayar que las FFAA y la PNP hayan actuado en defensa de la ciudadanía, y se entiende en alguna medida el por qué, o ¿no es acaso que los peruanos les dimos la espalda ante los procesos penales que se les inició por defendernos contra el terrorismo? ¿No es cierto que las instituciones, excepto algunas, actuaron tímidamente sin alzar la voz, ni rostro adusto, sino más bien complaciente y cínico? Debemos analizar el por qué ocurrieron así las cosas, y qué debemos hacer antes de pensar en nuevas elecciones generales.

Hermanos peruanos, finalmente nos libramos del nefasto gobierno del ahora Ciudadano Castillo, es tiempo de repensar en nuestra joven democracia, es momento de unirnos y hacer las reformas constitucionales que nos aseguren un promisorio futuro.

Quijotes, el siguiente presidente ya está caminando entre nosotros, es momento de identificarlo, de entre tantos buenos peruanos, de incorporarlo a la vida partidaria, postularlo a la presidencia acompañado de un Congreso que piense en el bien común.

¡Arriba el Perú, carajo!

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