El chavismo boliviano pretende adueñarse del Perú

Cada vez son mayores los indicios de que el chavismo tiene puesto sus ojos en el Perú, luego de haber causado las debacles socio económicas venezolana, argentina y boliviana.

Pobladores de Juliaca y Puno han venido denunciando la existencia de un flujo importante de personas que entran y salen de Perú y Bolivia, no como era usual con fines comerciales, sino por motivos de activismo político, sobre todo en época electoral en ambos países. Estas personas incluso suplantarían en uno y otro país –mediando prebendas o amenazas– a los ciudadanos que deben actuar en las mesas electorales y a los propios electores.

El financiamiento de ese “intercambio”, obviamente proviene de dinero que el chavismo boliviano facilita y ha sido tan importante que ha logrado poner en el Poder Ejecutivo peruano a un alfil de este juego de ajedrez contrario a los intereses del Perú como Estado-Nación.

Acreditan ese financiamiento y juego, además de los viajes a Bolivia del hoy inquilino precario de la Casa de Pizarro y los constantes viajes al Perú del renunciado ex presidente boliviano E. Morales, sobre todo en los últimos meses, para realizar abiertamente actividades políticas e incluso de negocios, gozando de recursos humanos y materiales solventados con dinero del presupuesto público peruano, como son seguridad y vehículos para su desplazamiento y posiblemente también para su estadía y labor.

Las expresiones usadas por el ex presidente boliviano cada vez que se ha reunido con el “prosor”, el ex gobernador de Junín y otros miembros del partido del Lápiz, revelan un irrespetuoso dominio de escena y trato desdeñoso a los que parecen sus dependientes.

El viaje oficial de P. Castillo a Bolivia, hace dos semanas, acompañado por su gabinete en pleno y llevando bajo el brazo un abultado folder con varios acuerdos ejecutivos, concesivos para el país del Sur (que es presidido por L. Arce, ex ministro de Economía y Finanzas de Morales) confirman que quienes han tomado el poder en el Perú le deben –y mucho– al poderoso de Bolivia.

Dado que en este escenario, les es urgente lograr la Asamblea Constituyente, emblemática para el chavismo regional, y necesaria para eliminar las barreras que les significa la actual Constitución peruana de 1993, desde Bolivia están llegando a Puno y Cusco activistas e impulsores de ese imposible constitucional y hasta poniendo bases del partido oficialista boliviano.

No está demás recordar que el Perú es un país soberano y que también la ley vigente prohíbe a los partidos políticos el financiamiento extranjero para actos proselitistas.

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