El capitalismo no tiene rival, acéptalo socialista
Karl Marx esperaba que la burguesía fuera eliminada de la faz de la tierra y confiaba en el comunismo para destruirla –risas-, pero se equivocó rotundamente. El padre del comunismo empobrecedor y sus pupilos miran con frustración que fue el capitalismo, como modelo económico y de desarrollo social, el que eliminó para siempre a la burguesía que él tanto odiaba. El capitalismo revolucionó el mercado y redujo la pobreza en todo el mundo a través de algo maravilloso: el comercio.
¿Por qué los socialistas odian y culpan al capitalismo de la pobreza y desigualdad? No lo sé, nadie sabe. Los capitalistas destruimos a la burguesía que tanto critican, pero ni siquiera son capaces de reconocer eso. Viven drogados por el fracaso y la farsa económica de países como Cuba, Venezuela, Bolivia, Argentina -antes de Milei, claro está-. Viven frustrados porque su ideología solo genera más pobreza. Así como la violencia genera más violencia, el socialismo genera más pobres.
La historia nos ha enseñado que existe una relación directamente proporcional entre el comercio y la reducción de la pobreza. Todos los países en desarrollo, en especial los de América Latina y los de Europa, han multiplicado por dos su participación en las exportaciones entre 1990 y 2019. Desde que el capitalismo adoptó una fuerza imparable en el mundo, es decir, desde 1900 hasta los inicios del nuevo milenio, la pobreza pasó del 90% a nivel mundial al 10%. No es ninguna novedad ni coincidencia que el aumento de la pobreza y pobreza extrema en decenas de países se ha producido cuando iniciaron las perturbaciones en el comercio local y mundial, por la influencia de la pandemia y bendito Covid-19.
La farsa de la pandemia puso fin a varias décadas de avance sostenible en la reducción de la pobreza en el planeta. Nuestro país pasó de tener 23 % de pobreza monetaria a lograr cerca del 30%. Esta es la peor caída en el avance contra la pobreza en ¡30 años! A nivel mundial, un grupo de 95 empresas relacionadas con la energía y la alimentación duplicó sus ganancias a 306 mil millones de dólares. La pandemia inició como una crisis sanitaria; pero en el camino nos dimos cuenta que su caudal era más peligroso que ello: reventó los muros del ámbito económico y del desarrollo. Este virus creado acabó con empleos, empresas, ahorros, estudios, emprendimientos, metas y sueños, sin antes dejarnos claros que solo aquellos que ven una oportunidad en la crisis, salen adelante.
Países menos adelantados como el nuestro, dependen indudablemente de la recuperación acelerada del comercio como principal fuente de crecimiento económico y desarrollo social en todos los aspectos. Y ese, señores, es el capitalismo. El libre mercado. La capacidad para generar trabajo, riqueza y crecimiento. No es el modelo perfecto; nada es perfecto. El capitalismo es el modelo que ha sacado de la pobreza al 90% de la población mundial a lo largo de 120 años y, aunque les duela a los socialistas, acabó con la burguesía.
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