ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

El bluf de Martín Vizcarra para tapar la mediocridad de su gestión

Imagen
Fecha Publicación: 30/06/2020 - 21:40
Escucha esta nota

El presidente de la República, Martín Vizcarra, amenazó, a través de una eventual aplicación del artículo 70 de la Constitución, con expropiar las clínicas privadas si estas no acordaban en 48 horas con el Ministerio de Salud la tarifa para atender a los enfermos de coronavirus. Eligió, estratégicamente, el día del campesino para dar este ultimátum que emocionó a los neocomunistas, quienes ya venían exigiendo que Vizcarra se disfrace del dictador Velasco y se haga del control de las clínicas particulares. Solo se trató, no obstante, de una cortina de humo para que el jefe de Estado eluda dar cuenta de su balance por los 100 días de cuarentena. La noticia no fue, entonces, que, a pesar de haber apagado la economía con uno de los confinamientos más estrictos de la región, el Perú se ubica en el puesto 6 de los países con más infectados de Covid-19 en el mundo y más de 25 mil muertos que no recogen las cifras oficiales, y que el PBI va a decrecer -14 % este año, según el FMI. Martín Vizcarra no iba a expropiar a las clínicas (¿acaso no recuerdan que la PCM, incluso, le estaba buscando un seguro privado de cobertura millonaria para él y su familia?). Lo cierto es que los centros de salud particulares ya estaban a punto de llegar a un convenio con el Gobierno, que se zanjaría horas después del pronunciamiento del mandatario para dolor de los tuiteros neomarxistas.

Para aventurarnos a decir que la advertencia velasquista de Vizcarra fue un mero bluf, basta con revisar la Sala Situacional Covid-19 del Minsa para darnos cuenta de que hay poco más de 20 camas UCI disponibles en las clínicas privadas. ¿El presidente iba a expropiar -pagando en efectivo un justiprecio antes- a estas empresas privadas por 20 camas UCI? Pero no solo eso. El titular del Parlamento, Manuel Merino, denunció que, días atrás, Martín Vizcarra había observado una ley aprobada en el Congreso para que el Ministerio de Salud -¡que no puede ni gastar su presupuesto para enfrentar la plaga china!- haga uso de la infraestructura y equipos biomédicos de las clínicas particulares. El mandatario apeló para rechazar esta norma (que finalmente el Parlamento populista ratificó por insistencia) a los derechos de la libre iniciativa privada, la libertad de empresa, comercio e industria, la libre competencia y la libertad de contratar, que están contenidos en la Constitución.

Como vemos, el gobernante pretendió que soslayáramos la mediocridad de su gestión ante el virus de Wuhan. La última perla, por ejemplo, es que Martín Vizcarra prometió que a fines de junio habría 2,000 camas UCI, pero, a la fecha, hay 1,332, incluyendo a las de las clínicas particulares. Una nueva mentira como la de los 80 hospitales para el 2019. El Gobierno, como señalé en una columna anterior, tiene la obligación de aumentar la oferta de las unidades de cuidados intensivos -¡y oxígeno!- para que cuando nos enfermemos, pese a haber tomado las precauciones del caso, no caigamos muertos en los pasillos de los hospitales. No se deje engañar, estimado lector, la responsabilidad en la crisis sanitaria es del sector público; no del privado.

Otrosí: ¿Quisieron silenciarnos hackeando el sitio web de EXPRESO? No lo conseguirán, miserables. Mientras otros callan, nosotros no.