El bien común como derecho

El Bien Común es una expresión a la cual se le han dado múltiples sentidos en la filosofía social, en la política y también en el Derecho. Literalmente se remite a algo que se pretende que es bueno o beneficioso para todos los integrantes de una sociedad. En general, se ha entendido que propenden al Bien Común determinadas normas que contribuyen a que las personas puedan gozar más de sus derechos inherentes, o se vean facilitados sus esfuerzos para alcanzar su propia felicidad, aunque sea esta relativa.
Una adecuada y vital concepción del Bien Común es la creación real y efectiva de las condiciones adecuadas para que cada cual busque ese bienestar por sus propios medios. Reglas y normas del Gobierno, del Congreso de la República, del Poder Judicial, del Ministerio Público, entre otras instituciones, deben y tienen que contribuir forzosamente para lograr el ansiado Bien Común, como un Derecho legítimo del soberano.
De allí la distinción con otras visiones proactivas de Bien Común, que pretenden que sea la autoridad la que provea a todos con un cierto bienestar básico de manera positiva, de modo tal que a partir de allí puedan desarrollar sus propios valores; entendiéndose como la visión colectivista del Bien Común, aquel que debe ser provisto por la sociedad y el Estado.
Es el concepto de Bien Común que nos viene de Platón y de la idea de una comunidad organizada pensando en la búsqueda de la mayor felicidad para el mayor número, y no pensando en la felicidad individual de sus integrantes. La propia felicidad y el propio bien son las aspiraciones principales de cada persona. Pero alcanzarlos cada uno por su cuenta suele ser una tarea extremadamente difícil, cuando no imposible.
La cooperación social, la división del trabajo, la asociación voluntaria, ayudan a cada persona a florecer y perseguir sus valores, contribuyendo al mismo tiempo a igual pretensión de los demás. De allí que todo lo que contribuye a fomentar tal cooperación debe incluirse dentro del concepto de Bien Común.
En general, cuando se habla del Bien Común se hace referencia a aquello que beneficia a la totalidad de los ciudadanos de una comunidad, específicamente aplicado a las condiciones sociales, institucionales y socioeconómicas de la misma, y conlleva al bienestar y el beneficio de la colectividad en general, muy por encima de los deseos o las aspiraciones de índole individual en la que están inmersos aquellos que fungen de políticos de fuste y embaucan al pueblo.
Así, por ejemplo, lo promulgaba el militar, político y pensador venezolano Simón Bolívar (1783-1830), “El Libertador”: “Son derechos del hombre: la libertad, la seguridad, la prosperidad y la igualdad. La felicidad general, que es el objeto de la sociedad, consiste en el perfecto goce de estos derechos”; de allí pues, que toda forma de interés público, de gobierno y de gestión deban siempre aspirar al Bien Común, es decir, a un pleno, real y efectivo Estado de Derecho, como necesidad jurídica que tiene que imperar y como aspiración del soberano.
(Artículo redactado desde Alemania).

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