El APRA vuelve

El ROP (registro de organizaciones políticas) ha oficializado el retorno a la legalidad del partido de Haya de la Torre, habilitándolo para participar en las próximas contiendas electorales.

Este triunfo reposa fundamentalmente en su militancia y dirigencia distrital, provincial y regional, comandados y liderados por el equipo ejecutivo nacional al frente del proceso: la secretaria general institucional Belén García, el secretario nacional de Organización Enrique Melgar, el personero legal nacional José Pimentel y el presidente del Tribunal Nacional Electoral Pedro Panta. La siguiente tarea electoral debe ser recuperar presencia parlamentaria.

Sin embargo antes de ello debemos hacer un esfuerzo colectivo para frenar los sentidos comunes que se han esparcido en distintos espacios de la sociedad sobre nosotros, además de plantearle al país ideas fuerza ausentes del debate en los últimos años en los que hemos vivido una polarización asfixiante y estéril. Este enfoque lo he sentido propio del aprismo en las 75 provincias que he visitado.

La tarea principal del PAP por tanto no es interna, es la de mostrar al Perú un nuevo programa mínimo para la justicia social. Pienso que el sector más grueso del electorado no desea ni la demagogia de la izquierda radical ni el negacionismo de la derecha. Por eso he declarado en diversos medios que el Apra al volver tiene la inmensa oportunidad de mostrarle al Perú que es la única opción capaz de construir “paz con justicia social”. La paz que la izquierda marxista y el maoísmo extremo no quieren y la justicia social de la que la derecha no habla.

No podemos negar que existe un abandono en el Perú en los últimos 12 años de los pequeños productores del campo, de los emprendedores, que no hay una propuesta para la formalización de la pequeña minería, que los problemas de los pescadores artesanales han sido invisibilizados, que no se atiende la agenda social del magisterio, de la familia policial y militar, de la vivienda social, de la infraestructura popular de agua, muros, pistas, veredas, etc.; que se ha encarpetado el Código del Trabajo, etc.

No podemos negar que el Estado ha venido debilitándose frente al abuso de posición de dominio de los esquemas oligopólicos en el país y esto golpea al ciudadano.

Lo vemos en el costo del crédito financiero, en el esquema previsional, en el duopolio del combustible, en el costo de los medicamentos, en lo bajo que le pagan a los productores lácteos o de fibra de alpaca los monopsonios de grandes compañías. Para todo efecto práctico el Indecopi no está cumpliendo su rol y las mayorías nacionales lo sufren.

Solo representando esa agenda social con propuestas de soluciones técnicamente estudiadas -no demagogia como la "segunda reforma agraria" o la "nacionalización energética"- el aprismo puede volver a constituirse en una opción de cambio social democrático. En esa tarea estamos sin rehuir tampoco a otros grandes debates como la unificación de la salud pública, repensar la descentralización, la solución a la conflictividad social asociada a los temas extractivos, etc.

Pienso que si el Apra es convocada a dialogar con Boluarte debe plantearle tres cosas concretas: a) un plan de emergencia social para las zonas altas del sur andino, b) un plan de emergencia y seguridad para el tema Vraem, y c) una agenda de reformas a la normatividad electoral y a la Constitución, que creemos no está escrita en piedra. Si el Apra dialoga con este gobierno debe ser sobre la base de planteamientos concretos y no de agendas personales o sólo para una foto como ha ocurrido con el caso de Keiko Fujimori y Fuerza Popular.

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