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El alma de la justicia

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Fecha Publicación: 27/06/2025 - 21:50
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En el Perú, como en muchas partes del mundo, se habla mucho de justicia, pero se la vive poco. El derecho se invoca en protestas, sentencias o discursos, pero ¿cuándo se convierte realmente en una herramienta que humaniza, repara y permite una vida digna?
Dos voces —una africana, otra estadounidense— ayudan a responder: Desmond Tutu y Martha Nussbaum. Uno desde la experiencia de la reconciliación nacional; la otra desde la filosofía de las capacidades humanas. Ambos proponen una justicia que no se limita a castigar o declarar derechos, sino que cura heridas y restituye dignidad.
Desmond Tutu (1931–2021), Nobel de la Paz y líder espiritual sudafricano, presidió la Comisión de la Verdad y Reconciliación tras el apartheid. Su propuesta fue revolucionaria: perdón a cambio de verdad, amnistía en lugar de castigo y sanación colectiva por encima de la condena individual. Inspirado en el concepto africano ubuntu —“yo soy porque nosotros somos”—, Tutu defendió una justicia restaurativa. Es decir, una justicia que no busca destruir al infractor, sino reconstruir la comunidad y reconocer el dolor de las víctimas. En No hay futuro sin perdón (1999), afirma: “El perdón no es olvidar. Es recordar y dejar de lado el deseo de venganza”.
Su enfoque ha inspirado procesos similares en países como Ruanda, Chile y el propio Perú. Sin embargo, en la práctica, nuestros modelos han sido más punitivos que restaurativos, más formales que empáticos. Las víctimas del conflicto armado interno siguen esperando una justicia que escuche, no solo que archive o indemnice.
Martha Nussbaum (1947–), filósofa y jurista de la Universidad de Chicago, propone una visión de justicia centrada en lo que las personas pueden ser y hacer. Junto con Amartya Sen, desarrolló el enfoque de las capacidades, que concibe los derechos como posibilidades reales de vida digna. En Creando capacidades (2011), sostiene que el derecho debe garantizar el acceso efectivo a derechos fundamentales. No se trata de dar lo mismo a todos, sino de asegurar condiciones reales para ejercer la libertad.
El Tribunal Constitucional peruano ha recogido esta visión. Por ejemplo, en la STC N.º 2945-2003-AA/TC sobre personas con VIH, afirmó que sin salud no hay ciudadanía ni autonomía.
Ambos pensadores cuestionan el derecho tradicional: Tutu propone el perdón cuando hay verdad; Nussbaum exige condiciones materiales para que los derechos no sean decorativos. En el Perú, donde la justicia llega tarde o no llega, estas perspectivas son urgentes. No basta procesar culpables o declarar derechos: hay que sanar heridas y hacer posibles vidas dignas.

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