El acuerdo con Odebrecht
Declaraciones provenientes de la Fiscalía dan cuenta de la homologación del acuerdo de colaboración eficaz celebrado con Odebrecht, por parte del órgano jurisdiccional competente, sin observación alguna.
La aprobación judicial del citado acuerdo cierra esta etapa con la anuencia de la procuraduría pública, la fiscalía y de todo el aparato gubernamental.
Solo queda decir que la aprobación del acuerdo no significa que su ejecución va a producir beneficios para el país. Hemos sostenido a través de esta columna que le hemos dado a Odebrecht todas las posibilidades para que transfiera sus activos y gane mucho más dinero del que tiene que pagarle al Perú en quince años, en cuyo escenario corremos muchos riesgos, como por ejemplo, que teniendo enajenados sus activos y transferidos sus fondos recuperados en el Perú, termine declarándose en bancarrota y no pague nada a nadie.
Nunca se ha explicado el método para cuantificar el daño producido por Odebrecht a nuestra economía y a nuestra moral pública, lo que devenía en una obligación ineludible porque nada de aquello podía ser secreto y menos que lo manejaran únicamente fiscales involucrados en el proceso porque era de interés nacional y el Código Procesal Penal, si bien reconoce independencia de los fiscales en el ejercicio de sus funciones, también admite directivas generales de la Fiscalía Suprema que deben acatar. No se conoce nada de esto.
En lo concerniente a la colaboración eficaz respecto a la entrega de información que permita descubrir, investigar y procesar a los corruptos (que están en el más alto nivel económico, político y social del país) también tenemos serias dudas.
No se ha indicado si Odebrecht conserva o no sus archivos físicos y virtuales como tampoco se ha señalado el lugar donde estos se encuentran.
Ya comenzaron a difundirse presuntas contradicciones entre los exdirectivos de la citada empresa en torno a las operaciones ilegales realizadas en el Perú.
La pregunta del millón es ¿si Odebrecht, finalmente, no entrega una información detallada, sistematizada, demostrable con archivos de rápido y seguro acceso, debería perder los beneficios otorgados mediante el acuerdo homologado, pero acaso podríamos recuperar los activos que ya obran en su poder y qué haríamos si se declara en bancarrota?
Estas inquietudes debieron generar en su momento un debate serio y responsable pero la absurda confrontación ciega y destructiva en lo político lo ha impedido. La idea no era que gane uno u otro grupo sino que gane el Perú. Ojalá.