El abuso del poder revela incapacidad moral
Cuando una persona tiene una sólida formación moral y ejerce un puesto de poder público, no se siente tentado a abusar de este poder, porque tiene la capacidad moral para autocontrolar el ejercicio de su autoridad en bien de todos.
Por tal razón, el abuso del poder en que incurre cualquier persona revela su incapacidad moral para gobernar o ejercer cualquier puesto de autoridad.
Es evidente la ejecución de un plan de cooptación del Ministerio Público a nivel supremo, que es donde se deciden la prosecución o archivo de las denuncias penales, y que fiscales supremos con una limpia trayectoria de varias décadas han sido destituidos por el Congreso, de modo inusualmente interesado, revelando una maquinaria política de demolición de fiscales que no son manejables por los líderes de los partidos que tienen investigaciones y procesos penales.
Por otro lado, se puede leer entre líneas que habría un objetivo ulterior, que es cooptar la institucionalidad oficial clave para imponer un fraude en las próximas elecciones, a cuyo efecto quieren remover al presidente del JNE, que no se sometió a sus presiones, y al jefe de la ONPE, que ha demostrado no servir a causas innobles de izquierda o derecha; poner en la picota a la Junta Nacional de Justicia, a fin de reemplazar a sus miembros, con lo cual asegurarían el nombramiento del nuevo jefe de la ONPE, contando en toda esta operación especial de alta corrupción política con la venia de la Fiscalía de la Nación, sin objeciones de los fiscales supremos ad hoc que piensan nombrar. No se necesita tener una bola de cristal para ver todo este derrotero del mal en acción, sus actos lo gritan a voces.
El descrédito a través de diversos medios de los que se ha denominado “caviares” por estar cuestionando este visible plan, y tildar de pro caviares a los fiscales supremos que están destituyendo vía inhabilitación por motivos inventados y procedimientos paralegales, sólo revela la conocida metodología fujimontesinista de desprestigio del adversario para engañar a las masas.
Que el Congreso no se dé cuenta que sus actos de abuso del poder son clamorosos y que quienes los cuestionamos no somos terroristas ni caviares, sino ciudadanos preocupados por el destino del Perú, está revelando la peligrosa incapacidad moral en que ha devenido un Poder del Estado llamado a defender la independencia de los Poderes del Estado y velar por la preservación del Orden Constitucional, y que está haciendo peligrosamente: lo contrario.
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