¡EE. UU. privilegia a Cuba!
En el año 2022, Anthony Blinken, Secretario de Estado de EE. UU., describió a Cuba como “un país no totalmente cooperativo”, afirmando que se había negado a colaborar con Colombia en la extradición de miembros del ELN. Inmediatamente, tres relatores de derechos humanos de la ONU criticaron a EE. UU. por designar a Cuba como país “poco cooperativo contra grupos violentos”, impidiendo satisfacer las urgencias de la población.
Sospechosamente, el 15 de mayo de este año, el mismo Anthony Blinken retiraba a Cuba de la lista de países que el Departamento de Estado considera “poco cooperativos contra grupos violentos”, agregando que las fuerzas del orden cubanas y norteamericanas “estaban trabajando nuevamente juntas en aspectos de contraterrorismo y otras tareas”. Sin embargo, EE. UU. mantiene a Corea del Norte, Siria, Irán y Venezuela catalogados como países “no cooperativos”. ¿Alguien comprende qué significa? ¿Acaso Cuba ha cambiado su política antiyanqui? ¿Acaso ha abdicado del comunismo? Pero Blinken fue más allá. Anunció que “Estados Unidos y Cuba reanudaron la cooperación policial en 2023, incluyendo el contraterrorismo”. Más aún, la reacción de La Habana fue señalar que EE. UU. reconoce que “Cuba colabora plenamente con los esfuerzos contra el terrorismo”, por tanto, “debería cesar toda manipulación política del tema y poner fin a nuestra arbitraria e injusta inclusión en la lista de países patrocinadores del terrorismo”.
Por su parte, el Grupo Libertad y Democracia, que integran dieciséis exmandatarios latinoamericanos –ninguno del Perú–, envió una carta al presidente norteamericano Biden expresando su preocupación, ya que considera a Cuba como un “miembro activo en el sostenimiento de redes que promueven la desestabilización regional”. Agregan que “Cuba ha sido actor clave en patrocinar y promocionar a los grupos insurgentes y las organizaciones terroristas en Latinoamérica, contribuyendo de manera directa a la inestabilidad política, económica y social de la región (...) Cuba ha proporcionado un espacio seguro para los líderes de grupos armados, permitiéndoles operar desde la distancia, en tanto continúan sus actividades terroristas en territorio colombiano (...) negándose a cumplir las solicitudes formales de extradición presentadas por el gobierno colombiano”. Además, aclarando de manera concluyente al Departamento de Estado, le imputaron que “Cuba refleja una continua falta de compromiso con las normas internacionales en la lucha contra el terrorismo”.
Para nosotros, Cuba sigue siendo el mismo veneno comunista de los años sesenta. ¡Entonces exportó su asesina lucha armada a nuestro país! Y ahora sigue agitando el malestar social en nuestra patria, exacerbando la rebeldía de nuestras clases desfavorecidas, induciéndolas a utilizar armas de fuego, explosivos y cuanto elemento mortífero sirva para enfrentarse y/o agredir al Estado. Lo hace para luego denunciar ante la ONU y la CIDH a nuestros gobernantes, nuestras Fuerzas Armadas y Policía Nacional por abuso de autoridad cuando estas repelen la violencia inducida por especialistas subversivos. Como el embajador de Cuba en Perú, Carlos Rafael “El Gallo” Zamora, dispuesto a todo para imponer la consigna del caos sanguinario que Cuba continúa patrocinando en Latinoamérica. ¡Es improbable –y llama la atención– que el Secretario de Estado norteamericano desconozca semejante realidad! Una peligrosa coyuntura. ¡Estamos advertidos!
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