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Economía global y nacional según el FMI

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Fecha Publicación: 20/07/2024 - 21:30
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En julio de 2024, el Fondo Monetario Internacional (FMI) actualizó sus “Perspectivas de la Economía Mundial” (WEO), proyectando un crecimiento económico de 3.2% en 2024 y de 3.3% en 2025. La actividad económica muestra una recuperación a medida que los factores cíclicos se diluyen y la economía se ajusta a su máxima capacidad.

Estas proyecciones se basan en un aumento del 5% en los precios de las materias primas no combustibles en 2024. Por otro lado, se espera que los precios de las materias primas energéticas disminuyan un 4.6%, debido múltiples factores que incluyen falta de abastecimiento en distintos países y el lento proceso de recuperación económico mundial.

La inflación complica la normalización de la política monetaria, sugiriendo tasas de interés más altas durante más tiempo en medio de crecientes tensiones comerciales e incertidumbre política.

Se espera que las tasas de política monetaria de los principales bancos centrales disminuyan en el segundo trimestre de 2024, aunque a diferentes ritmos, y prudencia, debido a los riesgos externos y la depreciación de sus monedas frente al dólar.

Hay que considerar que la actividad mundial y el comercio internacional se han fortalecido al iniciarse el año, con las exportaciones de Asia impulsando especialmente el sector tecnológico. Se prevé que el comercio internacional crezca un 3.24% anual en 2024 y 2025, lo cual beneficiará a diversas economías globales.

En Estados Unidos, el crecimiento proyectado se revisa a la baja a 2.6% en 2024 y 1.9% en 2025 debido al enfriamiento del mercado laboral, la moderación del consumo y una balanza comercial negativa. En Japón, se espera que el proceso anual del acuerdo salarial (shunto) impulse el consumo privado en el segundo semestre.

En la zona del euro, se prevé un repunte moderado de 0.9% en 2024, impulsado por los servicios y mayores exportaciones netas durante el primer semestre del año. En China, el consumo interno renovado impulsó un crecimiento del 5% en el primer trimestre, con una proyección del 4.5% para 2025.
En América Latina y el Caribe, el crecimiento se revisó a la baja para el presente año. En Brasil, se espera un crecimiento del 2.2% en 2024 y del 2.1% en 2025, influenciado por el impacto de las inundaciones y la necesidad de reconstrucción. En México, la proyección es de un 2.4% para 2024 debido a la moderación de la demanda interna.

La economía peruana pasó por una recesión en 2023, impactando sus finanzas públicas. En julio de 2024, los indicadores muestran optimismo hacia la recuperación tributaria gracias a la alta cotización de los minerales.

Las estadísticas mensuales de crecimiento del PBI en abril y mayo, alrededor del 5% en promedio, reflejan un rebote económico, aunque aún es temprano para asumir un retorno sostenido al crecimiento.

El Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) y el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) prevén un crecimiento anual del 3.1% del PBI para 2024, impulsado por el incremento de las exportaciones, la inversión y el consumo privado. Sin embargo, es difícil que la inversión privada y pública, así como el consumo privado, aumenten significativamente este año.

Es crucial mantener la fortaleza fiscal y la credibilidad del país, frente al riesgo de nuevas rebajas en las calificadoras de riesgo crediticio. Para ello, se necesita consolidar un manejo cauteloso de las finanzas públicas. A junio, el déficit fiscal de los últimos 12 meses llegó al 3.9% del PBI, ligeramente menor al de mayo, que llegó a 4%.

El Congreso de la República otorgó facultades legislativas al Poder Ejecutivo para cambiar las reglas fiscales, estableciendo una reducción gradual del déficit fiscal del Sector Público No Financiero con límites anuales. Se espera que el déficit fiscal de 2024 no sea mayor al registrado en 2023 (2.8% del PBI), reduciéndose a 2.2% del PBI en 2025 y ubicándose en 1.0% del PBI en 2028.

Es fundamental que el entorno de inseguridad y desconfianza cambie para 2025, permitiendo un crecimiento significativo del PBI y consolidando la recuperación económica del país. Las políticas fiscales y monetarias deberán ser coordinadas cuidadosamente para asegurar la estabilidad económica y fomentar un ambiente propicio para la inversión y el crecimiento sostenido.

Además, es importante que el gobierno implemente políticas de apoyo a la innovación y tecnología, facilitando el acceso a financiamiento para emprendedores y pequeñas empresas. Estas medidas pueden contribuir a diversificar la economía, reducir la dependencia de las exportaciones de materias primas y fomentar un crecimiento más inclusivo y sostenible en el largo plazo.

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