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E-money

Fecha Publicación: 04/08/2019 - 22:00
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Con el avance tecnológico, hemos empezado a usar dinero digital; los pagos se hacen mediante depósitos en cuenta, pagamos nuestros impuestos en línea, las compañías depositan los fondos de jubilación electrónicamente. Todas estas operaciones y muchas más ponen en marcha el lenguaje binario de 1´s y 0´s en las computadoras, no hay nada físico, como monedas o billetes; el dinero digital hace posible transacciones en todo el mundo en tiempo real, a un click de distancia.

Para que esto funcione es necesaria la participación de instituciones que suscriban cada 1 ó 0 que intercambian las computadoras; cuando eso no sucede, culpamos a las instituciones y les exigimos resolver el problema, y no siempre lo hacen. A pesar de los muchos avances, todavía se presentan complicaciones, en nuestro país recién se normó la obligatoriedad del chip en las tarjetas de crédito y débito; no todas las tarjetas pueden usarse en todo el mundo, las transferencias bancarias de país a país son aún costosas. Un empresario de Singapur puede cerrar una venta en línea en pocos minutos, pero ¿qué le garantiza que el pago se hará efectivo o que pueda factorizar ese importe? De una u otra manera estamos sometidos por quienes administran nuestro dinero y no podemos realizar nuestras operaciones libremente, y si lo podemos hacer debemos cumplir un sinnúmero de requisitos y procedimientos.

El dinero digital no es realmente nuestro, son inputs en bases de datos que pertenecen a nuestra entidad financiera, a la compañía de mi tarjeta de crédito, o a la administradora de nuestros fondos; y, estas instituciones tienen derecho a decir “no”, controlan la oferta monetaria. Antes del dinero digital, en el mundo analógico, el dinero se movía a cierta velocidad: la de los humanos; ahora, el dinero se mueve mucho más rápido y llega mucho más lejos, se mueve a la velocidad de la banca electrónica. Estamos ingresando a una nueva era del dinero, donde el dinero es programable, al combinar software con dinero, éste se ha convertido en algo más que una unidad de valor estable, y ya no estamos obligados a depender de las instituciones para obtener seguridad; en este nuevo mundo digital y programable, se ha logrado eliminar a los humanos y a las instituciones  en el circuito del dinero, ni siquiera nos damos cuenta que hacemos transacciones, el dinero está dirigido por software y fluye de manera segura.

En este proceso evolutivo del dinero, aparecieron las criptomonedas, éstas son dinero digital que no es administrado por ningún gobierno o banco; se trata de dinero diseñado para operar en un mundo sin intermediarios. Bitcoin es la más conocida, pero hay cientos de ellas, siendo las más populares: Ethereum, Litecoin, Stellar, Dogecoin, etc.; todas ellas son dinero real, cada vez más son los negocios que aceptan este tipo de moneda y solo basta con tener instalada la aplicación en el Smartphone, y no solo se utilizan para pagos menores como la compra de un perfume, se usan para transacciones de millones de dólares.  Las criptomonedas se basan en la criptografía, técnica matemática utilizada para asegurar la comunicación, donde se enmascara la información para que no sea vulnerable y se verifica la fuente de la información; hoy en día, los navegadores de internet aplican la criptografía en un nivel muy sofisticado, lo que asegura nuestras  interacciones en internet, hace posible y seguro el uso de nuestras contraseñas y el flujo de información financiera. Ya no tenemos que depender de los bancos para asegurar nuestras transacciones, lo podemos hacer nosotros mismos.

Las criptomonedas son el primer paso para el mundo con un dinero global programable, esta nueva moneda todavía es lenta y difícil de entender y difícil de usar, implica no solo ventajas, también puede utilizarse para actos ilícitos, al igual que el dinero tradicional. Internet no solo nos trajo pasatiempos, también nos ha traído productividad, conectividad, colaboración, nuevas formas de empleo, etc.; con el dinero electrónico nos desligamos de las instituciones grandes y confiables y construimos nuestra propia red de seguridad, en una verdadera democratización del dinero, las cosas van a seguir cambiando y de forma impredecible. ¿Estamos los abogados preparados para ello?

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