Dos ronderos, “Goyo” y Castillo

A raíz del secuestro, extorsión y robo en perjuicio de un equipo periodístico de Cuarto Poder, los secuaces de Pedro Castillo y toda la mafia caviar han aparecido para defender las bondades de las rondas campesinas.

En el caso del Gobierno, fue el presidente del Consejo de Ministros (PCM), quien ensalzó a las rondas y profirió un agravio a las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional. Es decir, el vocero oficial del gobierno (artículo 123° de la Constitución) es el que injurió a las FF.AA. y PNP, al tiempo que comparaba desfavorablemente a las fuerzas del orden con las rondas campesinas.

Como es obvio, los tardíos y flojos pronunciamientos de otros integrantes del Ejecutivo, forzados por la reacción del Comando Conjunto de las FF.AA. y la unánime crítica de la prensa y la oposición, solo son un débil intento por ocultar el verdadero y real desprecio de Castillo y sus secuaces por las FF.AA. y PNP, a las que han humillado cada vez que han podido y manipulado cada vez que se les ha permitido.

Los caviares también han aparecido en masa defendiendo a las rondas campesinas, algunos condenando el hecho específico del secuestro de los periodistas, pero glorificando a las rondas en abstracto. Otros, más desfachatados aún, negando lo evidente, que la banda que agredió a los periodistas cometió delitos y lo hizo para defender al individuo que ocupa Palacio y amedrentar a la prensa.

Vale la pena detenerse un momento a reflexionar sobre las rondas campesinas, sobre todo cuando no solo los secuaces de Castillo y los caviares las celebran y aclaman, sino la oposición en el Congreso ha promulgado una aberrante ley (Nº 31494) para dotarlas de armas.

Para empezar, hay que recordar que dos ronderos han alcanzado relevancia política en los últimos años. El primero, Gregorio “Goyo” Santos, maestro de escuela y rondero en Cajamarca, que fue electo dos veces -con el eficaz apoyo de las rondas-, gobernador regional. La segunda vez, estando preso acusado por corrupción, ganó en primera vuelta con 44% de los votos. Hoy día está sentenciado a más de 19 años de prisión y su legado antiminero y corrupto ha sido convertir a su región en unas de las más pobres del país.

El otro es Pedro Castillo.

Las rondas han jugado en el pasado un papel significativo en la lucha contra el abigeato. Pero han ido adquiriendo funciones que no les corresponden –y abusando de ellas-, convirtiéndose en una suerte de poder paralelo a las instituciones del Estado, protegidas y promovidas por las izquierdas y los caviares, que impulsan la “plurinacionalidad” y otras peligrosas y corrosivas sandeces.

Esa es una de las tantas batallas culturales, legales y políticas que han ido ganando caviares y comunistas. Hay que detenerlos ya.

Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter e Instagram, y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.