Dopados para la limosna

Un crimen con testigos, todos lo vieron y sin justicia.
¡AHÍ ESTABAN! Bebés en brazos de mujeres que fingían maternidad, mendigando en las calles turísticas de Miraflores, usaban fórmulas preparadas, carteles conmovedores y frases entrenadas para despertar compasión. ¡LOS IGNORAMOS! Hasta que una periodista valiente, Fátima Foronda, se atrevió a mostrar la verdad: una red criminal que dopa, alquila, intercambia y exhibe bebés como herramientas de mendicidad lucrativa.
¡NO ES FICCIÓN, ES MIRAFLORES, ES EL PERÚ, Y ES HOY! Durante tres años, esta mafia familiar ha operado con absoluta impunidad en Miraflores. Usan niños desnutridos, posiblemente robados o “alquilados”, que permanecen dormidos por horas, bajo el sol o la lluvia, dopados para que no lloren ni se muevan. ¿El objetivo? Generar lástima, recolectar dinero, leche, pañales y productos que luego revenden. Un sistema frío, calculado y profundamente inhumano.
Cuando Fátima intentó documentar más pruebas, fue brutalmente golpeada. Sangrando, con la cabeza rota, gritó una vez más: “¿Dónde están los bebés?” Esa escena debería habernos sacudido como país. Pero la respuesta institucional fue una burla y el Estado, otra bofetada.
La Policía detuvo e identificó a varias de las implicadas, con antecedentes por estafa, hurto y delitos contra la salud. Sin embargo, la fiscal Linda Loaiza Alfaro, de la 2.ª FFMiraflores, no las denunció por trata ni por exposición de personas al peligro. En vez de abrir investigación por flagrancia y asegurar la integridad de los bebés, les cambió la condición a “citadas”. En menos de 24 horas, ¡todas estaban libres! Regresaron a las calles como si nada.
¿Dónde están los fiscales de familia? ¿Dónde están las pruebas toxicológicas para saber si esos niños estaban drogados? ¿Dónde el cumplimiento del Código de los Niños y Adolescentes, que garantiza su derecho a la salud, integridad y protección? ¿Dónde quedó la aplicación de los tratados internacionales ratificados por el Perú que protegen a nuestra infancia? ¿O es letra muerta?
La indiferencia del Ministerio Público es más que una omisión, es ¡COMPLICIDAD INSTITUCIONAL CON EL CRIMEN ORGANIZADO, CON LA MAFIA QUE EXPLOTA A LOS MÁS INDEFENSOS!
Cuando un bebé de meses es manipulado como herramienta de estafa, eso es ¡TRATA DE PERSONAS!
Cuando permanece dormido por horas sin reacción, eso es ¡TENTATIVA DE HOMICIDIO!
Y cuando no se actúa pese a tener pruebas audiovisuales, testimonios, detenciones en flagrancia, eso es ¡INACCIÓN INSTITUCIONAL CRIMINAL!
El Perú necesita que el fiscal penal y el fiscal de familia de Miraflores actúen de inmediato, aseguren la integridad de estos niños y desarticulen esta red. No basta con pronunciamientos tibios. Es hora de rescatar a los menores, procesar a los responsables y sancionar ejemplarmente a quienes permiten que esta situación continúe.
Y es momento también de condecorar a Fátima Foronda, una periodista que arriesgó su vida por los que no tienen voz. Su valentía no debe quedar en la sombra. Su trabajo debe abrir camino a una acción firme, sin excusas. No podemos permitir que los delincuentes explotadores de niños sigan haciendo de las suyas mientras el Estado mira a otro lado.
Fiscal de la Nación, Delia Espinoza: en estos últimos días ha reiterado que defiende la legalidad e institucionalidad. Hoy queremos verla. ¡HÁGASE UNA POR NUESTRA INFANCIA! Actúe con firmeza, como madre, jurista, peruana. No permita que los más indefensos sean mercancía.
Y a los fiscales blandengues: ¡BASTA DE TIBIEZA! ¡BASTA DE CÓMPLICES CON TÍTULO! ¡VÁYANSE A SUS CASAS Y DEVUELVAN EL CARGO! Porque no están cumpliendo con la Constitución, ni con su juramento, ni con el Perú.
¡NO MÁS IMPUNIDAD, NO MÁS SILENCIO CÓMPLICE!
He dicho.

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