¿Dónde están los policías?
En nuestro artículo anterior sostuvimos que, para enfrentar la inseguridad ciudadana, debe constituirse una unidad operativa o comando de coordinación integrado por todos los organismos públicos vinculados al tema: Policía Nacional del Perú (PNP), Ministerio del Interior, INPE, Poder Judicial, Fiscalía, Congreso, serenazgos, gobiernos locales y regionales, además de las Fuerzas Armadas. A ello se suman los comités de autodefensa y las empresas privadas de seguridad, que cuentan con más de 126 mil efectivos, vehículos y 48 mil armas de fuego.
Según el artículo 166 de la Constitución, la PNP es el eje central en la lucha contra la delincuencia, ya que tiene como finalidad “garantizar, mantener y restablecer el orden interno. Prestar protección y ayuda a las personas y a la comunidad. Garantizar el cumplimiento de las leyes y la seguridad del patrimonio público y privado. Prevenir, investigar y combatir la delincuencia”.
No obstante, esta amplia y compleja misión se ve limitada por el bajo número de efectivos y las precarias condiciones en que laboran. En 1990 existían 129 mil policías para una población de 22.6 millones. En 2005, con 28 millones de habitantes, la cifra bajó a 90,247. Hoy, en 2025, con más de 34 millones de peruanos, solo contamos con 139 mil agentes, lo que representa un déficit estimado entre 50 y 60 mil policías, justo cuando la delincuencia común y organizada se ha multiplicado peligrosamente.
El INPE reporta que al menos 5 mil delincuentes extranjeros, pertenecientes a organizaciones criminales como “El Tren de Aragua” (Venezuela), “Los Choneros” y “Los Chigüilones” (Ecuador) y “Los Bravos del Gota a Gota” (Colombia), están presos en Perú. A esto se suma el alarmante robo de un millón y medio de celulares en 2024 y 600 mil más solo en lo que va de este año, muchos de ellos con violencia mortal.
En 1990, un estudio mostró que de los 90,247 efectivos, solo 22,397 realizaban labores efectivas en la calle, debido a turnos rotativos, tareas administrativas o especializadas, permisos, vacaciones o enfermedades. Hoy, aunque los números han aumentado, el escenario no ha cambiado sustancialmente.
El parque automotor de la PNP es otro punto crítico: 45 % de patrulleros, camionetas y motos está inoperativo, y el 27 % es irrecuperable. Aunque durante la gestión del exministro Juan José Santiváñez se invirtieron 57 millones de dólares en equipamiento, incluyendo 56 vehículos blindados y material antimotines, la situación sigue siendo deficitaria.
Además, el 70 % de las comisarías tiene infraestructura precaria y el 44.5 % carece de servicios básicos como agua, desagüe o electricidad. De 1,323 comisarías básicas, 956 presentan condiciones estructurales deficientes.
Es evidente que, aunque ha habido avances, se requieren mayores recursos presupuestales para incrementar el número de policías, modernizar su equipamiento y dignificar su labor. Esta tarea exige el compromiso firme del Gobierno, del Congreso y de toda la sociedad, en momentos en que los ciudadanos viven con temor ante la posibilidad de ser asaltados, extorsionados o asesinados.
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