Domesticar a un dragón

La expansión china en el Perú es imparable. Se trata de una inmensa economía, hambrienta de nuestros recursos, especialmente de los minerales. Pronto nos dejarán tomando sopa de murciélagos y comiendo crujientes escorpiones fritos.

Lima será Li-má, y los que solo tienen de inga y de mandinga buscarán entre sus ancestros, a un sufrido esclavizado culí, para hacer negocios con el imperio comunista que quiere destronar a la democracia más antigua y poderosa de la historia, es decir a los Estados Unidos, de su sitial. El dragón rojo todo lo devora, de todo se apodera y ciertos analistas consideran que ya nos está masticando.

Al Perú se le cuenta, ya, como víctima de la Ruta de la Seda, trazada desde Pekín para ganar influencia en Occidente. Colombia, Argentina, Brasil, Nicaragua y Bolivia son países que ya empeñaron sus activos estratégicos y riquezas naturales; de hecho, Venezuela y Cuba han entregado a ese país comunista la explotación de sus recursos y han adoptado el yuan para desplazar al dólar en sus transacciones comerciales, cosa que hizo Argentina, en un determinado momento.

Esta expansión china en la región, es un plan muy bien trazado por el brillante dictador Xi Jinping y el Partido Comunista. Los expertos consideran que la inmensa Ruta de la Seda es el gran golpe que va a propinar China para conquistar el planeta y lograr la supremacía mundial. Xi Jinping no es cualquiera: es el líder que ha entregado la primera doctrina -en cuarenta años- al Partido Comunista para gobernar de por vida y controlar el partido hasta su muerte. Solo Mao y Deng Xiaoping escribieron una resolución semejante.

El Comité Central llamó al país a “unirse en torno al partido con Xi en el centro”, e implementar su doctrina para luchar por los objetivos del partido establecidos hasta 2049.

En el Perú, el Partido Comunista Chino, el mismo que nos estornudó su coronavirus, son dueños del sistema eléctrico nacional y prácticamente del total de nuestro hierro. El mega puerto que construyen en Chancay, lugar que pronto llamaremos Shanghai, garantizará la llegada de sus barcos, con sus multimillonarias exportaciones para América del Sur, y se llevará sus minerales y nuestras paltas, si acaso tienen ganas de comerlas. Y a ese puerto podrían llegar buques de guerra ¿para invadir paulatinamente Sudamérica? ¿Xi Jinping quiere conquistar este lado del mundo, desde la costa peruana cuyas haciendas cañeras del norte, esclavizaron chinos?

Más del 30% del cobre peruano pertenece a minas chinas. Ya compraron el sistema de distribución eléctrica e hidroeléctricas como Chaglla, y se llevan otros minerales. A este paso, tendremos que importar nuestro propio cobre de Beijing. Es importante rayarle la cancha a semejante potencia. La cooperación entre países es buena y debe generar riqueza a ambas partes.

No debemos abrazarnos a un poderoso dragón antes de domesticarlo, a menos que queramos terminar a la brasa.

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